Mundial 2034: riesgos humanos y ambientales
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Los estadios saudíes de 2034 generan preocupaciones ambientales y humanas

La candidatura de Arabia Saudita para acoger la Copa Mundial 2034 es uno de los proyectos deportivos más ambiciosos y polémicos de los últimos años. Incluye 15 estadios en cinco ciudades, incluido el megaproyecto futurista Neom. Aunque el Reino promueve un discurso de sostenibilidad, expertos advierten que los costos ambientales y humanos podrían ser enormes. Este artículo analiza la gran huella de carbono, la alteración ecológica y los abusos laborales vinculados a la construcción, mostrando por qué estos factores cuestionan la legitimidad de la candidatura y alimentan llamados al boicot.

Impacto ecológico de los estadios

El plan para construir o renovar 15 estadios requiere un enorme consumo de recursos, especialmente concreto y acero, responsables de un 15 % de las emisiones globales —el concreto solo genera casi un 8 %. La producción, transporte y maquinaria diésel elevarán las emisiones. La ubicación dispersa —Riad, Yeda, Al Khobar, Abha y Neom— exige infraestructura masiva como carreteras y aeropuertos, aumentando aún más la huella de carbono.

Se prevé que el Mundial saudí podría convertirse en el evento más contaminante de la historia, superando las 3,6 millones de toneladas de CO₂ emitidas por Qatar 2022. Aunque la candidatura promete energía solar y normas «verdes», los expertos dudan de su viabilidad real.

Retos ecológicos y climáticos

La región ya sufre temperaturas extremas, lo cual incrementará el uso energético para refrigeración. El cambio climático intensifica estos desafíos. Construir en Neom, un área ambientalmente sensible, amenaza ecosistemas desérticos, agua y biodiversidad, sin planes claros de mitigación.

Preocupaciones sobre derechos humanos

El impacto ambiental está ligado a un grave riesgo humano. La fuerza laboral, mayormente migrante de Asia del Sur y África, se ve sometida al sistema de kafala, que incluye confiscación de pasaportes, salarios impagos y explotación. Los abusos recuerdan a Qatar 2022, donde miles de trabajadores enfrentaron calor extremo, explotación e incluso muertes. El historial saudí —ejecuciones, represión, discriminación— agrava las dudas sobre el respeto laboral.

La estrategia saudí de greenwashing

El Reino promueve su candidatura como “sostenible”, pero críticos sostienen que es greenwashing. Como ocurrió en Qatar, las promesas de reutilización y sostenibilidad podrían no cumplirse. La contradicción entre discursos ecológicos y dependencia al petróleo persiste.

Comparación con Mundiales anteriores

Qatar 2022 emitió 3,6 millones de toneladas de CO₂ —un 68 % más que Rusia 2018— debido a nuevos estadios, infraestructura y transporte. Más de 6.500 trabajadores migrantes murieron según reportes.

Las previsiones sugieren que Arabia Saudita podría superar estas cifras, con 15 estadios dispersos, aeropuertos nuevos, carreteras y enorme demanda de energía para operar en temperaturas de hasta 50 °C. Los trabajadores migrantes enfrentan los mismos riesgos bajo kafala.

Llamados al boicot

Organizaciones internacionales piden un boicot al Mundial 2034 debido a los impactos ambientales y a la explotación de trabajadores. Permitirle al Reino organizarlo equivaldría a legitimar abusos continuos.

Degradación ambiental y abusos humanos

Los proyectos muestran un cruce peligroso entre colapso ecológico y violaciones de derechos humanos, confirmando que el Reino no está preparado para albergar un evento global. La comunidad internacional exige priorizar ética, sostenibilidad y responsabilidad.