Arabia Saudita opera una de las redes de vigilancia digital más avanzadas del mundo, con reconocimiento facial, análisis conductual impulsado por IA e identificación biométrica. Durante el Hajj 2025, el Reino usó drones con imágenes térmicas, monitoreo de multitudes por IA y la tarjeta digital Nusuk que reúne datos personales sensibles. Estas herramientas permiten una vigilancia casi constante, generando fuertes preocupaciones sobre la privacidad y el control estatal sin límites.
Integración de IA y análisis de grandes datos
Bajo la Visión 2030, el país incorpora IA y análisis masivo de datos para vigilar actividades en espacios públicos y privados. Los centros de operaciones de seguridad, impulsados por IA, permiten identificar «amenazas» rápidamente, incluso la disidencia política. Los dispositivos IoT conectados a cámaras amplían aún más esta supervisión estatal.
Riesgos de represión digital para los visitantes
En las zonas del Mundial, estos sistemas representan un riesgo claro para los visitantes. Quienes expresen opiniones políticas o críticas podrían ser vigilados, acosados o penalizados legalmente. La vigilancia en tiempo real hace inevitables las violaciones de privacidad. La historia del país en reprimir la disidencia aumenta los temores para turistas y participantes internacionales.
Ciberseguridad y privacidad de datos
Centralizar datos biométricos, médicos y personales en plataformas digitales crea vulnerabilidades graves. Millones de visitantes tendrán su información almacenada en estos sistemas. Una brecha, un hackeo o un uso indebido puede ser catastrófico. Expertos advierten que el ecosistema tecnológico saudí puede no estar totalmente preparado.
Derechos humanos y libertad de expresión
La vigilancia digital está vinculada a la censura y al control estatal de información. Arabia Saudita monitorea redes sociales, limita el acceso a internet y reprime el activismo. Un evento tan visible en este contexto plantea dudas sobre el respeto de los estándares internacionales de derechos humanos.
Impacto en la reputación de la FIFA y el deporte mundial
La decisión de otorgar el Mundial 2034 al país ha sido duramente criticada. Amnistía Internacional la calificó de «decisión imprudente». Organizaciones y sindicatos internacionales denunciaron un «momento de gran peligro», recordando el caso de Catar 2022. Las herramientas de vigilancia saudíes contradicen el espíritu inclusivo del deporte global.
Alternativas y recomendaciones
Grupos de derechos humanos exigen que la FIFA imponga garantías que protejan la privacidad, la libertad de expresión y la seguridad de los visitantes. Otros proponen sedes alternativas o co-organización con países con mejores registros de derechos humanos.
Vigilancia digital extensiva
La amplia vigilancia combinada con la represión política genera un entorno donde los derechos de los visitantes pueden verse afectados. Esto impulsa las preguntas sobre el papel del deporte y alimenta llamados al boicot.