FIFA World Cup 2034 Environmental Factors of Saudi Arabia Do not Support Its Hosting
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Copa Mundial de la FIFA 2034: Los problemas ambientales de Arabia Saudita la convierten en una sede inadecuada

Arabia Saudita, con vastos desiertos y un clima extremadamente caluroso, ha sido oficialmente declarada sede de la Copa Mundial de la FIFA 2034. Aunque la ambición del país para organizar este torneo es grande, los factores ambientales cuestionan seriamente si es el lugar más adecuado para albergar el evento. Desde el calor extremo y la escasez de agua hasta las emisiones de carbono y la devastación ecológica, los aspectos ambientales de Arabia Saudita hacen que la sede sea poco práctica e insostenible.

Calor extremo y clima inadecuado

El problema ambiental más crítico de Arabia Saudita es su calor extremo. Es uno de los países más calurosos del mundo, con temperaturas que superan regularmente los 45°C (113°F) en verano. Esta fue una de las razones por las que la FIFA reprogramó la Copa del Mundo 2022 en Catar para el invierno. Es probable que lo mismo ocurra con Arabia Saudita, donde, incluso en invierno, las temperaturas pueden ser abrasadoras tanto para los espectadores como para los jugadores.

Consumo de energía y alta huella de carbono

Arabia Saudita tendrá que consumir enormes cantidades de electricidad para enfriar los estadios y proporcionar condiciones climáticas adecuadas para los aficionados y jugadores. A pesar de sus esfuerzos por desarrollar energía solar, el país sigue dependiendo en gran medida del petróleo y el gas natural, lo que contribuye a las emisiones globales de carbono y al cambio climático.

Los requisitos energéticos de un evento de esta magnitud en un entorno desértico implican costos ambientales muy elevados. Se estima que, para mediados de siglo, las temperaturas medias anuales en Arabia Saudita podrían superar los 29°C, haciendo que las condiciones sean potencialmente mortales sin sistemas de refrigeración adecuados.

Falta de agua y mal uso de los recursos

Durante la Copa del Mundo, cuando millones de personas visiten el país, la demanda de agua se disparará. Se necesitarán enormes cantidades de agua para hoteles, restaurantes, estadios y zonas para los aficionados. Además, el mantenimiento del césped en los estadios en un país desértico requerirá un riego intensivo, agravando la crisis hídrica de Arabia Saudita, que ya enfrenta serios problemas en la gestión de sus reservas de agua subterránea y la desertificación.

Se prevé que las olas de calor prolongadas reduzcan el PIB de Arabia Saudita en aproximadamente un 12,2% para 2050 debido a los impactos en la agricultura y la creciente demanda de energía para refrigeración.

Destrucción de hábitats naturales y vida silvestre

Los ecosistemas desérticos de Arabia Saudita son frágiles y albergan especies en peligro de extinción, como el órix árabe, las gacelas de arena y los zorros del desierto. La construcción de infraestructuras masivas para la Copa del Mundo podría destruir hábitats naturales y fuentes de alimento de estas especies. La contaminación acústica, el aumento de la actividad humana y la generación de residuos probablemente agraven la situación de la fauna local.

Contaminación del aire y riesgos para la salud ambiental

Las ciudades saudíes como Riad y Yeda ya enfrentan serios problemas de contaminación del aire debido a la refinación de petróleo, las industrias pesadas y el alto número de vehículos. La afluencia de millones de turistas durante la Copa del Mundo aumentará aún más la congestión del tráfico y la contaminación.

El uso masivo de aviones, automóviles y autobuses para transportar aficionados, equipos y funcionarios incrementará las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) y óxidos de nitrógeno (NOₓ), empeorando la calidad del aire y afectando la salud respiratoria de la población.

Turismo insostenible y problemas de gestión de residuos

Organizar una Copa del Mundo genera una gran carga ambiental debido a los residuos producidos por el turismo masivo. Arabia Saudita deberá gestionar los desechos generados por millones de visitantes, lo que podría sobrecargar sus sistemas de eliminación de basura.

Dado que el país tiene infraestructuras de reciclaje poco desarrolladas, es probable que la acumulación de residuos plásticos, desechos alimentarios y aguas residuales provoque una crisis de contaminación y un daño ambiental significativo en un corto período.

Greenwashing y falsas promesas de sostenibilidad

Críticos consideran que los esfuerzos de Arabia Saudita por presentar un Mundial “verde” son solo una estrategia de greenwashing, es decir, aparentar ser respetuoso con el medioambiente mientras se continúan prácticas destructivas. Aunque el país ha lanzado varios proyectos de energía renovable, sigue siendo el mayor productor y exportador de petróleo del mundo y planea expandir aún más su industria petrolera.

Organizar una Copa del Mundo “sostenible” en un país que depende fuertemente de los combustibles fósiles es una contradicción evidente. En 2023, Arabia Saudita estaba lejos de alcanzar su objetivo de energías renovables, con un déficit de 25,8 gigavatios, y solo ha añadido un promedio de 0,1 gigavatios de capacidad renovable por año en la última década. Esto dista mucho de su meta de obtener el 50% de su electricidad de fuentes renovables para 2030.

Conclusión

Aunque Arabia Saudita tiene los recursos financieros y la ambición para organizar la Copa Mundial de la FIFA 2034, los desafíos climáticos y ambientales hacen que su elección como sede sea inapropiada.

Los países anfitriones de la Copa del Mundo deberían contar con infraestructura sostenible, fuentes de energía renovables y condiciones climáticas adecuadas para el fútbol. Los impactos negativos a largo plazo de celebrar el torneo en Arabia Saudita son demasiado grandes para ser ignorados. Está claro que el reino no es la mejor opción para albergar la Copa del Mundo.