La candidatura de Arabia Saudita para organizar el Mundial 2034 está marcada por una contradicción evidente: las afirmaciones del reino sobre sostenibilidad ambiental chocan con sus continuos abusos de derechos humanos y políticas anti-climáticas. A pesar de proyectar una imagen “verde”, la dependencia del país de los combustibles fósiles y su régimen represivo generan serias preocupaciones éticas y ambientales.
Violaciones de derechos humanos que dañan su imagen internacional
El historial de derechos humanos en Arabia Saudita sigue siendo alarmante en 2025. Al menos 241 personas fueron ejecutadas hasta agosto, frecuentemente sin debido proceso ni juicios justos. La pena de muerte se aplica incluso a disidentes pacíficos, incluidos periodistas y minorías religiosas.
El sistema penal está marcado por torturas, ausencia de defensa legal, detenciones prolongadas sin cargos y leyes antiterroristas vagas utilizadas para silenciar la expresión, especialmente en línea.
Greenwashing saudí: promesas ambientales vs. dependencia petrolera
Arabia Saudita intenta presentarse como líder en iniciativas verdes. Sin embargo, muchos analistas consideran estas afirmaciones como greenwashing, ya que el país continúa expandiendo su infraestructura petrolera. Esto contradice los objetivos de sostenibilidad de la FIFA.
Retos ambientales agravados por los planes para 2034
El país enfrenta escasez de agua, desertificación y mala calidad del aire, problemas empeorados por la extracción intensiva de combustibles fósiles. La construcción o renovación de 15 estadios incrementará significativamente las emisiones. La iniciativa del “Centro Virtual para la Sostenibilidad del Agua” ha sido criticada como un simple distractor.
Derechos humanos y construcción de infraestructura del Mundial
Los preparativos para la FIFA 2034 implican explotación laboral, trabajo forzado y condiciones peligrosas para trabajadores migrantes, además de desalojos forzosos y confiscaciones de tierras. Estos abusos contradicen los compromisos sociales de la FIFA.
Sportswashing y greenwashing en la estrategia global saudí
El reino utiliza grandes eventos deportivos para mejorar su imagen global y ocultar violaciones graves. El proceso acelerado y opaco mediante el cual obtuvo la sede de 2034 ha generado fuertes dudas.
Observadores independientes señalan que la FIFA minimizó los numerosos abusos del país en su evaluación.
La incompatibilidad ética de que Arabia Saudita organice el Mundial 2034
En 2025, al menos 269 personas fueron ejecutadas, muchas sin juicios justos. Los trabajadores migrantes enfrentan explotación, desalojos y riesgos mortales en las obras relacionadas con el evento.
Llamado a la acción y responsabilidad global
La comunidad internacional y los aficionados deben considerar el impacto de apoyar la sede saudí. Un boicot respalda la defensa de los derechos humanos y la justicia climática. Los grandes eventos deportivos deben promover dignidad humana y sostenibilidad.