Por qué las crecientes inversiones deportivas de Arabia Saudita refuerzan el caso contra la Copa Mundial de la FIFA 2034
Credit: ILT20

Por qué las crecientes inversiones deportivas de Arabia Saudita refuerzan el caso contra la Copa Mundial de la FIFA 2034

Arabia Saudita ha hecho todo lo posible para consolidarse como un centro deportivo internacional. Desde las carreras de Fórmula 1 y el boxeo de peso pesado hasta la adquisición del Newcastle United y la atracción de estrellas internacionales a su Saudi Pro League, el Reino no ha escatimado esfuerzos. Su incursión más reciente en el mundo del cricket, a través de una asociación de alto perfil con la International League T20 (ILT20) de los Emiratos Árabes Unidos, marca otro intento de proyectar una imagen internacional más amable.

La Federación de Críquet de Arabia Saudita (SACF) acaba de anunciar una asociación estratégica con ILT20, en virtud de la cual se organizarán partidos en Arabia Saudita a partir de diciembre de 2025. Incluso es probable que se celebren partidos femeninos, un paso audaz para un país donde a las mujeres no se les permitió entrar en los estadios hasta 2018.

El Reino está programado para albergar la Copa Mundial de la FIFA 2034, un movimiento que ha generado condena internacional. La lujosa inversión de Arabia Saudita en deportes —entre ellos, este proyecto de cricket— no es más que sportswashing.

La ofensiva deportiva saudí: el cricket como nuevo objetivo

Según el acuerdo, ILT20 y la SACF trabajarán juntos para desarrollar el cricket en el Reino. Los jugadores saudíes entrarán en el sistema de subastas de ILT20, lo que garantizará representación para el país. Los partidos se jugarán en suelo saudí y también se iniciará un torneo de desarrollo el próximo año.

El príncipe Saud Bin Mishal Al-Saud, presidente de la SACF, celebró el acuerdo en el marco de la Visión 2030 de Arabia Saudita, un plan para diversificar la economía más allá del petróleo desarrollando el turismo, el entretenimiento y los deportes.

Pero mientras los fanáticos del cricket puedan aplaudir la expansión, los grupos de derechos humanos señalan que las inversiones deportivas saudíes están deliberadamente seleccionadas para restaurar su imagen internacional. Amnistía Internacional ha advertido que el Reino “está gastando miles de millones para maquillar décadas de abusos sistémicos”.

El panorama general: sportswashing de cara a la FIFA 2034

La alianza con el cricket es solo una parte de un conjunto mucho más grande. La nación ha invertido fuertemente en fútbol, golf, tenis y deportes de combate.

  • Fútbol: El Fondo de Inversión Pública saudí (PIF) adquirió el club de la Premier League Newcastle United en 2021, lo que generó temores de que el fútbol se politizara como plataforma de propaganda. Desde entonces, los clubes de la Saudi Pro League han gastado más de 950 millones de dólares solo en fichajes en 2023, atrayendo a superestrellas globales como Cristiano Ronaldo y Neymar.
  • Golf: El LIV Golf, patrocinado por Arabia Saudita, se fusionó con el PGA Tour en 2023, demostrando la capacidad del Reino para sacudir el deporte mundial.
  • Boxeo y MMA: Combates de campeonato de peso pesado y eventos de la UFC han llevado competiciones deportivas globales a Riad.

Organizar la Copa Mundial de la FIFA en 2034 es la joya de esta corona. El fútbol no es un simple deporte para Arabia Saudita: es el vehículo más influyente para redefinir su imagen frente a miles de millones de personas en todo el mundo.

Los problemas de derechos humanos

El historial de Arabia Saudita plantea serias dudas sobre su idoneidad como sede del Mundial:

  • Libertad de expresión: Human Rights Watch documenta que decenas de activistas, periodistas y académicos saudíes siguen tras las rejas por ejercer su derecho a disentir. En 2022, una mujer saudí, Salma al-Shehab, recibió una condena de 34 años de prisión por tuitear en apoyo a los derechos de las mujeres.
  • Derechos de las mujeres: Aunque en las últimas décadas se han conseguido derechos limitados, como conducir, sus vidas siguen estando controladas por leyes restrictivas.
  • Trabajadores migrantes: Más de 13 millones de trabajadores migrantes en Arabia Saudita son rutinariamente sometidos a condiciones cercanas al trabajo forzoso, como pasaportes confiscados, salarios retenidos y condiciones de vida inhumanas, según la Confederación Sindical Internacional.
  • Pena de muerte: En 2022, Arabia Saudita ejecutó a 196 personas, la cifra más alta en tres décadas, según Reprieve y la Organización Saudí Europea de Derechos Humanos.

Por qué la asociación con el cricket es importante

La asociación con ILT20 no trata solo de cricket: se trata de normalización. Al albergar partidos internacionales de cricket en Arabia Saudita, el Reino envía un mensaje: está abierto, moderno y listo para el deporte mundial. Pero en realidad, incluso los eventos deportivos están estrictamente regulados por el poder estatal, sin margen para que aficionados, jugadores o periodistas expresen opiniones alternativas.

El músculo financiero: comprar legitimidad

El Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita está valorado en más de 925 mil millones de dólares, lo que le da el poder financiero para superar a cualquier rival. Esta riqueza ya ha remodelado múltiples industrias deportivas. Pero no borrará la realidad de que la disidencia está reprimida en Arabia Saudita. El dinero no liberará a los manifestantes pacíficos encarcelados. El dinero no ocultará el sufrimiento de los trabajadores migrantes que mantienen en funcionamiento el Reino.

Los mismos miles de millones destinados al cricket, al fútbol y al golf podrían haberse gastado en reformar los abusos de derechos humanos en el país. Pero el gobierno saudí prefiere gastarlos en comprar legitimidad internacional.

Por qué la FIFA debería repensar 2034

Es el mensaje equivocado. Le dice a los gobiernos autoritarios de todo el mundo que pueden comprar credibilidad internacional sin reformas. Socava la credibilidad de la FIFA y erosiona la confianza de los aficionados, que creen que el fútbol debería representar justicia, inclusión y unidad.

Mientras el mundo pone sus ojos en el creciente imperio deportivo saudí, la Copa Mundial de la FIFA 2034 no es simplemente un torneo: es una prueba de si las organizaciones deportivas globales defenderán los derechos humanos o sucumbirán al capital. Aficionados, futbolistas y grupos ciudadanos deben unirse para exigir rendición de cuentas.

Así como hubo campañas que pusieron a Qatar bajo la lupa, es imperativo iluminar la realidad de Arabia Saudita antes de 2034. Apoya campañas que llamen la atención sobre la situación de los activistas, mujeres y trabajadores migrantes en Arabia Saudita. El mundo del fútbol internacional está en peligro.

El deporte más hermoso no debe ser explotado como medio para que regímenes represivos oculten sus abusos de derechos humanos. Es hora de actuar, antes de que el espectáculo deportivo más visto del mundo sea usado como un ícono más de complicidad frente a la injusticia.