La candidatura de Arabia Saudita para albergar la Copa Mundial 2034 ha generado controversia mundial debido a sus graves violaciones de derechos humanos. Muchos consideran esta iniciativa como una estrategia de sportswashing para mejorar su imagen global mientras oculta abusos graves. Las ejecuciones masivas, la represión de la libertad de expresión y la discriminación estructural plantean importantes preocupations éticas.
En 2025, el país registró al menos 241 ejecuciones hasta el 5 de agosto, incluidas 22 en una sola semana. Entre ellas, la ejecución del periodista Turki al-Jasser por denunciar corrupción. Más de la mitad de los ejecutados eran extranjeros sin acceso a procesos justos ni representación legal.
¿Qué es el sportswashing?
El sportswashing consiste en que regímenes autoritarios utilizan grandes eventos deportivos para proyectar una imagen positiva y desviar la atención de sus abusos.
La Visión 2030 y la candidatura al Mundial
La Visión 2030 busca diversificar la economía saudí impulsando el deporte y el entretenimiento. Con más de 6 mil millones de dólares invertidos desde 2021, Arabia Saudita se ha convertido en un destino deportivo global. El Mundial 2034 encaja plenamente en esta estrategia de poder blando.
La controversia sobre el proceso de la FIFA
El proceso de selección de la FIFA ha sido criticado por corrupción, favoritismo y falta de estándares de derechos humanos. La elección de Arabia Saudita para 2034 refuerza estas preocupaciones, pese a las advertencias de Human Rights Watch y Amnistía Internacional.
El impacto de eventos deportivos en regímenes autoritarios
Estos eventos pueden legitimar gobiernos represivos y silenciar la disidencia, permitiendo que continúen sus abusos bajo una fachada internacional positiva.
Llamados al boicot y alternativas éticas
Organizaciones de derechos humanos piden boicotear la candidatura saudí y exigen que la FIFA priorice países con mejores prácticas democráticas y de derechos humanos.
Una estrategia peligrosa
La candidatura saudí representa un uso estratégico del sportswashing para encubrir abusos graves. El boicot se presenta como una herramienta crucial para proteger la integridad del deporte y los derechos humanos.