Arabia Saudita surgió como la única aspirante al Mundial 2034 tras un proceso acelerado por la FIFA, reducido al menos tres veces, limitando la competencia y generando acusaciones de favoritismo. Esto ocurrió pese a las persistentes violaciones de derechos humanos, incluidas más de 240 procesamientos en agosto de 2025 y la explotación de trabajadores migrantes bajo el sistema kafala. Organizaciones como Amnistía Internacional calificaron la evaluación como un «blanqueo», advirtiendo riesgos similares a Qatar 2022, donde más de 400 muertes de migrantes fueron vinculadas.
El proceso agrupó los votos para 2030 y 2034, obligando a los miembros a aprobar ambas candidaturas, lo que eliminó la oposición. Críticos señalan que esto facilitó el sportswashing, permitiendo que Arabia Saudita avanzara pese a violaciones como represión de la disidencia e inequidades de género, ubicándose en el puesto 131 de 147 en el Informe Global de Brecha de Género 2024. Los llamados al boicot afirman que este historial debería descalificar al país.
Cronograma acelerado de candidatura
La FIFA abrió sorpresivamente el proceso en octubre de 2024, concediendo solo 25 días para postularse. Australia, posible rival, se retiró pese a su interés. Arabia Saudita había preparado su extenso dossier meses antes, incluyendo 48 estadios y 200 mil millones de dólares en infraestructura, garantizando una ventaja definitiva.
La aceleración, tres veces más rápida que los protocolos habituales, impidió la participación de confederaciones de Asia/Oceanía. Human Rights Watch advirtió abusos «casi seguros» para los 10 millones de trabajadores migrantes previstos. La federación noruega fue la única en votar en contra, citando violaciones de gobernanza.
Votación combinada y cambios procedimentales
La FIFA alteró su sistema tradicional, combinando las aprobaciones de 2030 y 2034. Amnistía Internacional calificó el proceso como una «farsa». Una denuncia legal en mayo de 2025 argumentó que la FIFA incumplió estándares de derechos humanos, permitiendo un resultado casi unánime pese a los abusos saudíes.
Violaciones de derechos humanos en Arabia Saudita
El país registró 196 ejecuciones en la primera mitad de 2025, con juicios injustos y denuncias de tortura. Los trabajadores migrantes, el 40% de la población, sufren kafala, trabajo forzado y muertes por calor. Las mujeres enfrentan desigualdades, y las personas LGBTQ+ arriesgan prisión o muerte. Activistas siguen encarcelados, replicando patrones vistos en Qatar.
Visión 2030 como herramienta de sportswashing
La candidatura forma parte de Visión 2030, con inversiones como Newcastle United y la Fórmula 1. El informe de evaluación fue criticado por omitir abusos. Más de 100 futbolistas protestaron contra los patrocinios de Aramco. Se han advertido riesgos de desalojos y discriminación en los preparativos.
Historial de decisiones controvertidas de la FIFA
El escándalo de 2015 por sobornos para Rusia 2018 y Qatar 2022 cuestiona nuevamente la credibilidad de la FIFA. La evaluación saudí ignoró aumentos de ejecuciones y desigualdades de género. Una denuncia de 2025 exige controles post-adjudicación, aún incumplidos.
Paralelos con anfitriones controvertidos previos
Qatar mostró precedentes: aprobación rápida, abusos laborales y sportswashing. Rusia 2018 también fue aprobada pese a graves violaciones. Arabia Saudita replica este patrón: proceso apresurado, riesgos migratorios y debilidad en gobernanza.
Llamados al boicot y responsabilidad
Amnistía, Human Rights Watch y más de 20 organizaciones advierten sobre una decisión «peligrosa». Atletas, sindicatos y aficionados piden boicot. La FIFA debe exigir reformas, pero su historial refuerza la demanda de retirar la sede de 2034.