La adjudicación del Mundial de la FIFA 2034 a Arabia Saudita ha generado un intenso debate mundial, enfocado no solo en violaciones de derechos humanos, sino también en los graves riesgos de seguridad que podrían enfrentar aficionados, jugadores, periodistas y funcionarios. Organizar un evento deportivo de esta magnitud en un país con tensiones geopolíticas, fallos documentados en seguridad pública y un sistema autoritario plantea dudas sobre su capacidad para garantizar la seguridad y libertad de los visitantes internacionales.
Inestabilidad regional y amenazas terroristas
Arabia Saudita se encuentra en una región históricamente impredecible, marcada por conflictos, tensiones con países vecinos y la presencia de grupos terroristas como Al Qaeda e ISIS. Las agencias de inteligencia advierten que la alta visibilidad del Mundial podría convertirlo en un objetivo para ataques. Aunque Arabia Saudita ha reforzado su lucha contra el terrorismo, la dinámica regional sigue siendo volátil y representa un riesgo significativo.
Problemas de seguridad pública e infraestructura sanitaria
Inspecciones recientes en ciudades como Yeda revelaron violaciones recurrentes de normas sanitarias y de seguridad en restaurantes y espacios públicos, algunas tan graves que llevaron al cierre de establecimientos. La aplicación irregular de las normas genera dudas sobre la capacidad de recibir millones de visitantes sin riesgos sanitarios. Sumado a abusos laborales y accidentes documentados por la Organización Internacional del Trabajo, el entorno puede resultar peligroso para los aficionados.
Vigilancia y restricciones a las libertades
El gobierno autoritario saudí aplica vigilancia masiva y fuertes restricciones a la libertad de movimiento, expresión y reunión. La implementación de tecnologías como el reconocimiento facial y controles estrictos limitará las actividades de los visitantes fuera de las zonas oficiales. Las fuerzas de seguridad tienen antecedentes de reprimir duramente protestas, creando un ambiente restrictivo que afecta la seguridad y experiencia de los aficionados.
Desafíos en la protección de trabajadores migrantes y personal de seguridad
La preparación del Mundial depende en gran medida de trabajadores migrantes de Asia del Sur y África, quienes enfrentan explotación, salarios impagos, tarifas de contratación abusivas, confiscación de documentos, exposición a calor extremo y condiciones laborales peligrosas. Muchos fallecimientos son registrados como «causas naturales», ocultando muertes relacionadas con fatiga, calor extremo y condiciones inseguras. El sistema kafala limita sus derechos y les impide acceder a mecanismos de denuncia.
Riesgo para periodistas y personal de medios
El asesinato de Jamal Khashoggi en 2018 sigue siendo un recordatorio del peligro extremo para periodistas críticos del gobierno saudí. Las pruebas demostraron que el crimen fue planificado y ejecutado por un equipo de seguridad saudí. Más allá del asesinato, el caso expuso un sistema generalizado de censura, acoso, detenciones arbitrarias y represión intensificada bajo Mohammed bin Salman.
Falta de supervisión internacional y vacíos de responsabilidad
La falta de garantías obligatorias de derechos humanos por parte de la FIFA y la ausencia de un plan de seguridad transparente generan preocupación global. Organizaciones como Alkarama y Sport and Rights Alliance han denunciado irregularidades en el proceso de candidatura, incluyendo falta de participación de la sociedad civil y una evaluación acelerada que no abordó temas críticos como explotación laboral y represión de libertades.
El derecho de los aficionados a la seguridad
Dada la combinación de amenazas terroristas, riesgos sanitarios, vigilancia autoritaria, explotación laboral y censura mediática, los aficionados que asistan al Mundial 2034 en Arabia Saudita enfrentarán riesgos sin precedentes. Estos factores justifican los llamados internacionales a reconsiderar el evento si no se implementan reformas fundamentales.