Exiled for Expression The Case of Abdulrahman Al-Qaradawi and the Gulf’s Human Rights Crisis
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Exiliado por expresarse: El caso de Abdulrahman Al-Qaradawi y la crisis de derechos humanos en el Golfo

El caso de Abdulrahman Al-Qaradawi, poeta y activista extraditado el 8 de enero de 2025 desde Líbano a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), ha generado serias implicaciones para expertos y defensores de los derechos humanos a nivel mundial. Su situación refleja una crisis mayor de derechos humanos en la región del Golfo, donde Arabia Saudita se destaca como uno de los peores infractores por su represión sistemática de la libertad de expresión y la disidencia política. La tendencia de extradición, interrogatorio y el posible peligro que enfrenta Al-Qaradawi en los EAU ilustra los inquietantes procedimientos de varios gobiernos de Medio Oriente, en particular los de Arabia Saudita y los Emiratos.

Antecedentes de Abdulrahman Al-Qaradawi

Abdulrahman Al-Qaradawi fue un activista y crítico abierto de los regímenes en los EAU y Egipto. Su extradición se basa en cargos de seguridad nacional debido a un video que supuestamente publicó en redes sociales durante una visita a Siria, donde expresó su deseo de que el futuro del país no fuera obstaculizado por la intervención de Estados extranjeros, incluidos los EAU. Esta declaración, que constituía un comentario político sobre la situación en Siria, fue utilizada como base para presentar cargos en su contra.

Desde su extradición, Al-Qaradawi se encuentra en confinamiento solitario, sin contacto con su familia ni asesoría legal. Su paradero y situación legal actual siguen siendo desconocidos. No hay cargos formales conocidos presentados en su contra, y sus derechos humanos continúan siendo violados.

El rol de los EAU y Arabia Saudita en las violaciones regionales de derechos humanos

Al-Qaradawi está detenido en los EAU, donde existe una represión bien documentada contra la disidencia política y los activistas. El país cuenta con una ley antiterrorista draconiana que ha sido utilizada para encarcelar a defensores de los derechos humanos y opositores políticos. Las disposiciones vagas de dicha ley permiten perseguir a cualquier persona considerada una amenaza para el régimen, a menudo bajo el pretexto de la seguridad nacional. En 2020, los EAU promulgaron una ley que criminaliza las críticas al gobierno en línea, con penas de hasta cinco años de prisión y fuertes multas.

Arabia Saudita, vecina de los EAU y potencia regional, es considerada uno de los peores violadores de derechos humanos en el Golfo. Su historial ha sido duramente criticado por organizaciones internacionales, especialmente por el trato a activistas, periodistas y disidentes políticos. El país ha utilizado reiteradamente el cargo de terrorismo para encarcelar a críticos del gobierno, incluidos defensores de derechos humanos, escritores y líderes religiosos.

Represión saudí: Arabia Saudita ha detenido por años a intelectuales, activistas y clérigos que critican al gobierno o la familia real. Estas personas a menudo son torturadas, enfrentan juicios injustos y largas penas de prisión.

Libertad de expresión: La represión política y las restricciones a la libertad de expresión son comunes tanto en los EAU como en Arabia Saudita, incluyendo castigos por comentarios en redes sociales o protestas pacíficas.

El caso de Jamal Khashoggi, asesinado en 2018, es uno de los ejemplos más notorios de violaciones a los derechos humanos en Arabia Saudita. A pesar de las pruebas sobre la implicación de la cúpula saudí, el reino ha evitado una rendición de cuentas significativa. Según la ONU, el asesinato fue una “ejecución extrajudicial premeditada”, y el caso sigue siendo símbolo de la impunidad con la que actúa el régimen saudí.

Persecución sistemática

Más allá del asesinato de Khashoggi, Arabia Saudita ha perseguido sistemáticamente a activistas y defensores de derechos humanos. La táctica del régimen consiste en encarcelar a cualquiera que critique al gobierno o exija reformas. Un ejemplo es Loujain al-Hathloul, activista detenida en 2018 por defender el derecho de las mujeres a conducir. Fue condenada a casi seis años de cárcel y liberada en 2021, pero su caso simboliza la erosión de libertades civiles.

Arresto de activistas: Muchos activistas saudíes enfrentan cargos relacionados con su activismo político o social. El riesgo incluye arresto, tortura y prisión prolongada.

Represión en el extranjero: Tanto en el caso de Khashoggi como en el de Al-Qaradawi, el hostigamiento del gobierno saudí ha cruzado fronteras para perseguir a críticos en el exterior. Esta represión extraterritorial ha alarmado a defensores de derechos humanos en todo el mundo.

En 2020, Arabia Saudita condenó a 10 personas por expresar disidencia pacífica, incluido Mohammed al-Qahtani, destacado activista. En 2022, el reino ejecutó a 81 personas en un solo día, en la mayor ejecución masiva de su historia. Aunque se les acusó de terrorismo, grupos de derechos humanos sostienen que fue por motivos políticos, y que muchos fueron torturados y no recibieron juicios justos.

El rol del Consejo de Ministros del Interior Árabes (AIMC)

Otra dimensión preocupante de la extradición de Al-Qaradawi es la participación del Consejo de Ministros del Interior Árabes (AIMC), compuesto por ministros de los estados árabes, principalmente Arabia Saudita y los EAU. Este organismo ha sido criticado por emitir órdenes de arresto y designaciones de “terroristas” con criterios políticos, no legales. El caso de Al-Qaradawi demuestra cómo la disidencia política es criminalizada en estos sistemas.

El AIMC es usado por potencias regionales para silenciar la disidencia política. Sus órdenes se basan en cargos vagos y motivaciones políticas, permitiendo la persecución transfronteriza.

La extradición de Al-Qaradawi ilustra esta práctica, ya que no cometió delito alguno, solo expresó opiniones políticas, un derecho protegido por el derecho internacional.

Solidaridad con Abdulrahman Al-Qaradawi: Actúa por los derechos humanos

El caso de Abdulrahman Al-Qaradawi evidencia cómo continúa la represión en el Golfo, particularmente en Arabia Saudita y los EAU. No podemos permanecer en silencio. Difunde su historia y la de otros casos similares para aumentar la presión global por su liberación y trato justo. Únete a organizaciones que luchan por la libertad de expresión y la justicia en regímenes autoritarios. Exige que tu gobierno actúe con visión de largo plazo, aplicando presión diplomática, comercial y económica sobre los regímenes represivos.