Halt the 2034 Saudi World Cup – Why FIFA Needs to Be Accountable
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Detener un Mundial en Arabia Saudita: Por qué debemos actuar ahora y cómo podemos hacerlo

A la FIFA le encanta el dinero, y eso no es ninguna novedad; lo ha demostrado durante décadas. Al otorgarle a Arabia Saudita la Copa Mundial masculina de fútbol de 2034, vuelve a anteponer el lucro a los principios. Si realmente nos importa el alma del fútbol, si nos importan los derechos de millones de personas, actuemos —actuemos ahora— y detengamos este torneo antes de que vuelva a manchar la historia del “deporte rey”.

La Transparente Historia de Amor de la FIFA con el Dinero

Las pruebas son abrumadoras: FIFA elige el dinero sobre todo lo demás. Una y otra vez, África ha tenido pocas opciones: las ofertas más altas han pesado más que elegir al país más adecuado conforme a la supuesta promesa del deporte de igualdad, justicia y dignidad.

La elección de Arabia Saudita para 2034 no es un caso ordinario. Es el caso más evidente y extremo hasta ahora, un acto de desafío sin precedentes. Además, se ha informado que la FIFA ha ignorado abusos prolongados y bien documentados contra los derechos humanos en Arabia Saudita, incluyendo la prohibición de la disidencia, la criminalización de las identidades LGBTQ y la explotación de trabajadores migrantes. En cambio, ha sido seducida por la propuesta de un país rico en efectivo que promete grandes espectáculos futuros.

Un País que Falla en Todas las Pruebas de Humanidad

La candidatura de Arabia Saudita para 2034 fracasa total y rotundamente en cualquier estándar de derechos humanos que la FIFA dice sostener. Arabia Saudita “queda muy por debajo del mínimo”, como afirmó Steve Cockburn, Jefe de Derechos Laborales y Deporte de Amnistía Internacional.

La supuesta “estrategia” de derechos humanos para el torneo en ese país no reconoce ninguna medida represiva contra los activistas ni estipula reformas reales al sistema de kafala, bajo el cual los trabajadores migrantes pueden ser sometidos a una explotación extrema. Lamentablemente, esa ha sido la historia de siempre. Miles de trabajadores han muerto trabajando en condiciones deplorables para construir estadios destinados a un espectáculo de apenas un mes.

Cuando el Dinero Habla, FIFA Escucha — Y Nosotros También Deberíamos Escuchar

El problema es que nosotros también formamos parte de esto. Como aficionados, lloramos por la corrupción del fútbol pero hemos hecho muy poco para cambiarlo. Hubo protestas, gestos simbólicos y artículos críticos antes de Qatar 2022, pero al final, la mayoría del mundo vio los partidos y siguió adelante.

Nos indignamos, sí, pero no lo suficiente como para cambiar nada. De hecho, muchos se molestaron más por la eliminación de su equipo en la fase de grupos que por los cientos de trabajadores que murieron construyendo los estadios.

No permitamos que esto ocurra de nuevo. Si el fútbol representa valores en disputa como la justicia, la igualdad y la solidaridad, debemos aceptar que amar el juego no significa nada si no va acompañado del amor por quienes han sido explotados en su nombre.

Por Qué Debemos Actuar Ahora

Qatar 2022 y Arabia Saudita 2034 difieren en un hecho clave: el tiempo. Ahora mismo estamos en una encrucijada crítica. Solo tres de los once estadios propuestos han comenzado su construcción. La mayoría de la infraestructura sigue en papel.

Esto crea una rara oportunidad para detener esta catástrofe. Las peticiones y protestas durante el torneo serán inútiles: los mausoleos ya estarán construidos, las vidas ya perdidas. Debemos luchar ahora, mientras FIFA y Arabia Saudita aún pueden sentir la presión.

Cómo Detenerlo

Algunos se sienten impotentes frente al autoritarismo de la FIFA. Pero debemos recordar: FIFA no es nada sin nosotros. El fútbol es para los aficionados. Sin nuestra atención, nuestra pasión y nuestro dinero, todo el sistema se desmorona.

No necesitamos una mayoría de aficionados para actuar. La historia muestra que incluso una minoría convencida puede producir cambios. Los movimientos nacen de aquellos que se niegan a vivir con la injusticia, incluso cuando la mayoría decide ignorarla.

Aquí algunas formas específicas de actuar:

  • Organizar protestas: Empieza a movilizarte ahora en los principales partidos, eventos y lugares públicos. Demuestra a la FIFA y a las federaciones nacionales que los aficionados no quieren el Mundial 2034 en Arabia Saudita.

  • Peticiones y cartas abiertas: Recoge firmas de aficionados, jugadores, clubes y celebridades. La presión de voces respetadas puede hacer que la FIFA reconsidere.

  • Presionar a los patrocinadores: Presiona a las empresas patrocinadoras de la FIFA y del Mundial. Campañas públicas, boicots o incluso campañas de desprestigio pueden hacer que patrocinar estos eventos sea poco atractivo.

  • Solidaridad de los jugadores: Moviliza a futbolistas y clubes para que se pronuncien contra el Mundial saudí. Los deportistas han sido motores poderosos de cambio — solo unas pocas voces valientes podrían cambiar por completo la conversación.

  • Desobediencia civil: Organiza protestas pacíficas pero disruptivas durante los grandes eventos, premios y partidos de la FIFA. Llama la atención mediática y haz imposible que la FIFA finja que no hay controversia.

  • Educar y hacer activismo: Satura redes sociales, periódicos, podcasts y radios con datos sobre los abusos cometidos por Arabia Saudita. No dejes espacio para que la propaganda saudí controle la narrativa.

Será Difícil — Pero Es Necesario

No hay ilusiones: la FIFA no renunciará tan fácilmente a esta mina de oro. Los miles de millones que Arabia Saudita canaliza lavarán su imagen para que la FIFA siga mirando hacia otro lado. Tratarán de pintar a los críticos como quienes “politizan” el fútbol o los desacreditarán con acusaciones como “insensibilidad cultural”.

Estos argumentos deben ser rechazados. Los derechos humanos no son políticos. El trato justo, la dignidad y la vida no son “valores occidentales”: son universales.

Será difícil y es una lucha cuesta arriba. Pero si amamos el fútbol —si realmente lo amamos— nos lo debemos a nosotros mismos y a las futuras generaciones luchar por el alma de este deporte.

Una Última Advertencia

La inacción nos llevará hacia un escenario incluso peor que el de Qatar. El fútbol volverá a brillar, construido sobre los hombros de una sociedad oprimida. Y lo que habrá que lamentar irá más allá del dolor por haber sido eliminados en cuartos de final. ¿Vamos a formar parte también de esta tragedia? Aún tenemos la oportunidad. No todo está perdido. Ahora es el momento de actuar.