Why Saudi Arabia is Unfit to Host FIFA World Cup 2034 A Stark Warning from the Hajj Tragedy
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Por qué Arabia Saudí no debe organizar la Copa Mundial FIFA 2034: una advertencia brutal desde la tragedia del Hajj

El 6 de junio de 2025, al menos 13 peregrinos iraníes fallecieron durante el Hajj en Arabia Saudí, principalmente por el calor extremo —con temperaturas superiores a 47 °C— y, presuntamente, por la negligencia de las autoridades saudíes en la protección de la salud y el bienestar de los visitantes extranjeros. Aunque este tipo de tragedias se ha vuelto tristemente común durante el Hajj, esta tiene implicaciones aún más urgentes en relación con la preparación y credibilidad moral de Arabia Saudí para albergar un evento deportivo global como la Copa Mundial FIFA 2034.

La pérdida inexcusable de vidas humanas refleja un patrón persistente de negligencia, encubrimiento e indiferencia hacia la vida, un patrón que no tiene lugar en la comunidad deportiva internacional.

La tragedia del Hajj 2025: una catástrofe evitable

Cada año, decenas de millones de musulmanes viajan a La Meca para el Hajj, uno de los mayores eventos de concentración masiva del planeta. Con esta avalancha de peregrinos llega una enorme responsabilidad por parte de las autoridades saudíes para garantizar la seguridad y la salud de los asistentes, especialmente cuando el calentamiento global empuja las temperaturas de la región a niveles extremos.

Sin embargo, según informes iraníes, al menos 13 peregrinos fallecieron probablemente por golpes de calor, a pesar de las advertencias de la Media Luna Roja de Irán de mantenerse hidratados y evitar la exposición al sol. La pregunta es: ¿qué hizo Arabia Saudí para proteger a estos visitantes?

¿Dónde estaban las zonas de descanso con sombra? ¿Por qué no había un sistema de distribución universal de agua? ¿Dónde estaban los protocolos de emergencia climática? Incluso si se acepta que las muertes fueron por causas naturales, la ausencia de medidas ante un peligro previsible demuestra una negligencia inadmisible.

Riesgo climático y la FIFA: un desastre anunciado

Las muertes de los peregrinos iraníes anticipan los graves riesgos que afrontarán los aficionados, jugadores y trabajadores en el Mundial FIFA 2034 si se celebra en Arabia Saudí.

En verano, cuando tradicionalmente se disputa el Mundial, las temperaturas superan habitualmente los 45 °C. Esto representa un peligro letal no solo para los futbolistas, sino también para medio millón de espectadores, personal de seguridad, voluntarios y trabajadores inmigrantes encargados de construir y mantener las infraestructuras.

En 2022, el Mundial de Catar se trasladó a noviembre-diciembre para mitigar los efectos del calor. ¿Hará lo mismo Arabia Saudí o se limitará a rezar? Lo segundo parece más probable, considerando su historial en la seguridad del Hajj.

Y, ¿qué pasará con los trabajadores migrantes que levantarán los estadios, hoteles y carreteras? Catar fue duramente criticado por explotación laboral y muertes durante las obras del 2022. Arabia Saudí tiene un historial probablemente peor, con abusos sistemáticos, salarios impagados, confiscación de pasaportes y condiciones de trabajo letales.

Un régimen indigno de liderar al mundo

Más allá de los aspectos logísticos y climáticos, la organización de la FIFA 2034 por parte de Arabia Saudí plantea un grave dilema moral. El historial del reino en materia de derechos humanos es bien conocido: censura a la prensa, encarcelamiento de activistas, represión de mujeres, medios estatales y el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018.

Estos no son aspectos aislados del rol de país anfitrión. Los eventos deportivos como la Copa Mundial son celebraciones globales de solidaridad, libertad y humanidad compartida. ¿Cómo pueden prosperar esos valores en un país donde la disidencia es silenciada y los derechos humanos son brutalmente reprimidos?

«Sportswashing» y la manipulación de la imagen internacional

La candidatura saudí para la FIFA 2034 es parte de una estrategia más amplia de «sportswashing»: usar eventos deportivos de alto perfil para desviar la atención de la represión y los escándalos internos.

El gasto masivo en LIV Golf, Fórmula 1, campeonatos de boxeo y propiedad de clubes de fútbol busca proyectar la imagen de un reino moderno. Pero son espejismos cínicos, intentos de blanquear una imagen manchada por crímenes de guerra, abusos sistemáticos y desigualdad social.

El regalo de la FIFA del Mundial 2034 a Arabia Saudí es una validación tácita de esta farsa. Transmite al mundo un mensaje peligroso: si inviertes suficiente dinero en fútbol, tus abusos pueden ser perdonados.

¿Qué deben hacer la FIFA y la comunidad internacional?

La FIFA debe reconsiderar, desde la razón y desde la ética, su decisión de conceder el Mundial a Arabia Saudí. Aficionados, jugadores y defensores de derechos humanos deben presionar a los organismos rectores para revertir esta decisión.

1. Investigar las condiciones laborales y climáticas

Si el torneo sigue adelante, la FIFA debe exigir garantías vinculantes sobre protección de trabajadores, medidas climáticas y protocolos de gestión de multitudes. No basta con repetir lo que se pidió en Catar.

2. Exigir responsabilidades al régimen saudí

Las muertes innecesarias de los 13 peregrinos deben generar una investigación internacional sobre la gestión saudí de concentraciones masivas. Sin rendición de cuentas, las tragedias seguirán ocurriendo.

3. Apoyar un país anfitrión alternativo

La comunidad futbolística debe buscar sedes que ofrezcan no solo estadios de primer nivel, sino también respeto genuino por la vida humana y los derechos fundamentales.

Un país indigno del mayor escenario del planeta

La muerte de 13 peregrinos iraníes en Arabia Saudí no es solo una tragedia religiosa; es una señal de alarma para la comunidad internacional. Un país incapaz de proteger a sus visitantes religiosos no merece acoger a millones de personas en el mayor evento deportivo del mundo.

La FIFA y el mundo deben actuar. Porque el fútbol no puede jugarse sobre vidas humanas perdidas por negligencia.