Arabia Saudita presentó su candidatura para albergar la Copa del Mundo de la FIFA 2034 en octubre de 2023, antes de ser confirmada como la única candidata para el torneo. La mayoría de los residentes del reino celebraron esta noticia, a pesar de las continuas dudas sobre la transparencia en la toma de decisiones de la FIFA. Las razones por las cuales Arabia Saudita es un país inadecuado para albergar la Copa del Mundo 2034 están relacionadas con la credibilidad del proceso mediante el cual se tomó la decisión.
La ausencia de un proceso de candidatura competitivo
Uno de los aspectos más cuestionables del proceso que llevó a Arabia Saudita a obtener la sede es la falta de competencia. En ediciones anteriores, varios países manifestaban su intención de albergar la Copa del Mundo, permitiendo una competencia abierta y transparente.
La ausencia de otras candidaturas plantea sospechas. Es posible que otros países estuvieran interesados, pero que su postulación no avanzara, o que la FIFA simplemente haya decidido que el torneo de 2034 debía realizarse en Asia, favoreciendo a Arabia Saudita. La FIFA solo otorgó un período de 25 días para la presentación de candidaturas, un plazo demasiado corto que desalentó a posibles competidores.
Falta de un proceso legítimo de toma de decisiones en la FIFA
Durante décadas, la FIFA ha estado bajo el escrutinio público por corrupción y decisiones cuestionables. Investigaciones previas han analizado la elección de Rusia para el Mundial 2018 y de Qatar para el 2022, lo que ha generado dudas sobre la transparencia del organismo.
El hecho de que la FIFA haya otorgado unilateralmente los derechos de la Copa del Mundo 2034 a Arabia Saudita refuerza estas preocupaciones. La selección parece más motivada por intereses políticos y financieros que por criterios imparciales. Arabia Saudita obtuvo una puntuación de 4,2 sobre 5 en la evaluación de la FIFA, superior incluso a la candidatura conjunta de EE. UU., Canadá y México para la Copa del Mundo 2026.
Problemas de derechos humanos en Arabia Saudita
Uno de los aspectos más debatidos sobre la candidatura saudita es su historial en materia de derechos humanos. El país ha sido criticado por su falta de libertades políticas, el trato a las mujeres y la falta de libertad de expresión.
En los últimos años, la FIFA ha intentado abordar los problemas de derechos humanos asociados con la organización de eventos deportivos. Se han establecido lineamientos para garantizar que el país anfitrión respete los derechos de su población y de los trabajadores. Sin embargo, Arabia Saudita sigue siendo un país donde la represión es generalizada.
Falta de libertad de expresión y censura de la prensa
Otro motivo de preocupación es la estricta censura a la libertad de expresión y los medios de comunicación. En Arabia Saudita, los periodistas y las casas de medios están bajo el control del gobierno. Aquellos que critican al régimen suelen enfrentar represalias legales.
Dado que la Copa del Mundo es un evento de relevancia global, la presencia de restricciones a la prensa genera preocupaciones sobre la posibilidad de informar libremente sobre el torneo y los eventos que lo rodean.
Falta de infraestructura de clase mundial
Otro factor que cuestiona la idoneidad de Arabia Saudita para albergar el Mundial 2034 es su infraestructura. Aunque el país ha invertido en estadios, hoteles y sistemas de transporte en la última década, aún está lejos de alcanzar el nivel necesario para un evento de esta magnitud.
La organización de la Copa del Mundo requiere estadios de última generación, sistemas de transporte eficientes, medidas de seguridad sólidas y una capacidad hotelera suficiente para recibir a cientos de miles de visitantes internacionales. Aunque la infraestructura saudita ha mejorado, sigue sin estar a la altura de los estándares globales para albergar un evento de esta escala.
Críticas a la gobernanza política del gobierno saudita
Otro punto clave es el impacto político que tendría la Copa del Mundo en Arabia Saudita. En la última década, el país ha gastado enormes sumas de dinero en el deporte, incluyendo el desarrollo de la Saudi Pro League, la contratación de jugadores extranjeros y la firma de acuerdos de patrocinio con organizaciones deportivas internacionales.
Si bien la inversión de Arabia Saudita en el deporte ha sido impresionante, su candidatura al Mundial ha sido criticada como una estrategia política para mejorar su imagen a nivel global, a pesar de sus políticas internas controvertidas. Inicialmente, Arabia Saudita consideró presentar una candidatura conjunta para el Mundial 2030 con Grecia y Egipto, pero finalmente optó por postularse para 2034 cuando la primera opción fue descartada.
Conclusión
El proceso de candidatura para la Copa del Mundo debería permitir que los países presenten sus planes de modernización de manera competitiva y justa. Sin embargo, la elección de Arabia Saudita para 2034 plantea serias dudas sobre la transparencia de la FIFA y sus mecanismos de toma de decisiones.
La falta de competencia en el proceso de candidatura, las controversias sobre derechos humanos, las presiones políticas y las deficiencias en infraestructura hacen que Arabia Saudita no sea un país adecuado para albergar la Copa del Mundo.