Por qué los recortes de precios del petróleo de Arabia Saudita refuerzan el caso contra la organización del Mundial FIFA 2034
Credit: Oil Price

Por qué los recortes de precios del petróleo de Arabia Saudita refuerzan el caso contra la organización del Mundial FIFA 2034

Arabia Saudita vuelve a ocupar los titulares, no por una reforma, un avance o un liderazgo en el deporte mundial, sino por hacer trampa en el mismo fundamento de su modelo económico: el petróleo. El 9 de septiembre de 2025, Riad redujo el precio de su crudo de referencia Arab Light para Asia al rebajar la prima a 2,20 dólares por barril sobre el marcador Dubái/Omán para entrega en octubre. Esto supone una caída de 1 dólar por barril, mucho más de lo que esperaban los analistas (entre 0,40 y 0,70 dólares). Otros precios del crudo saudí cayeron en el rango de 0,90 a 1 dólar por barril.

A simple vista, parece solo otro giro en el mercado energético. Pero en conjunto, estas medidas revelan mucho sobre la frágil posición económica saudí, su dependencia excesiva del petróleo y su política de comprar influencia internacional a través de eventos gigantescos como el Mundial FIFA 2034. Para quienes hacemos campaña para excluir a Arabia Saudita como anfitrión de la Copa del Mundo, esta noticia es otra razón clara para resistir el intento de Riad de emplear el deporte como lavado de imagen de sus deficiencias económicas y en derechos humanos.

Los recortes de petróleo exponen la vulnerabilidad saudí

Se trata de una señal de vulnerabilidad, no de fuerza. Los operadores indican que los recortes se basan en una menor demanda en Asia, principalmente en China —el cliente clave del reino—. Bloomberg señala que los precios globales del petróleo se han mantenido firmes, lo que indica que la medida saudí es un intento desesperado de asegurar compradores, no una exigencia del mercado.

¿Por qué es esto relevante en el contexto del Mundial? Porque Arabia Saudita usa la riqueza petrolera como base de su proyecto Visión 2030 y para financiar enormes iniciativas de sportswashing. El reino ha gastado miles de millones en el fútbol mundial, el golf, el boxeo e incluso en los videojuegos, como parte de un esfuerzo por rehacer su imagen internacional. Pero si la demanda de petróleo ya alcanzó su punto máximo —o peor, si está disminuyendo—, esta orgía de consumo deberá llegar a su fin.

La demanda ambivalente de China: una advertencia para Riad

El mayor comprador mundial de petróleo, China, envía señales mixtas. Aumentó sus importaciones de crudo en meses anteriores para acumular reservas, pero los especialistas subrayan que ese repunte es artificial y no responde a una demanda real. De hecho, las previsiones indican que la demanda china alcanzará su pico en 2027, con un crecimiento ya en desaceleración. Un centro de estudios estatal predice que este año la demanda crecerá solo en 100.000 barriles diarios, mientras que los vehículos eléctricos desplazarán por sí solos unos 580.000 barriles diarios.

Arabia Saudita está atrapada: el mercado del que más depende se aleja del petróleo. En lugar de afrontar esta realidad económica con una reforma real, Riad se aferra a iniciativas de imagen como su candidatura al Mundial 2034. La ironía es mordaz: por un lado, Arabia Saudita reconoce que debe diversificar su economía; por el otro, se aferra a su dependencia del petróleo e intenta recrearse a través del fútbol.

Sportswashing y la economía petrolera

Los recortes petroleros revelan algo crucial: Arabia Saudita no puede permitirse perder la iniciativa en su narrativa global. Cada rebaja de precios recorta los ingresos que financian su inmensa maquinaria de lavado de imagen. Desde la fusión con el LIV Golf hasta las participaciones en clubes de la Premier League, y ahora la próxima Copa del Mundo, el deporte es la herramienta de distracción preferida del reino.

Pero cuando las riquezas del petrodólar empiezan a tambalearse, también lo hace la legitimidad de estas campañas. Solo queda un régimen desesperado que intenta comprar respetabilidad en el escenario más sagrado del deporte: la Copa del Mundo de la FIFA.

Esto no tiene nada que ver con el amor al juego. Se trata de defender el autoritarismo, silenciar los abusos a los derechos humanos y encubrir la vulnerabilidad económica.

Por qué los recortes petroleros refuerzan la oposición a 2034

Los críticos de la candidatura saudí suelen centrarse en las violaciones de derechos humanos: el silenciamiento de la oposición, los abusos contra trabajadores extranjeros, y la represión de mujeres y minorías. Todas son preocupaciones válidas y urgentes. Pero los recortes de precios ahora añaden un elemento económico:

  • Inestabilidad económica: la dependencia saudí de precios volátiles hace al país poco fiable como anfitrión de un torneo global que requiere estabilidad a largo plazo.
  • Gastos propagandísticos: organizar el Mundial no trata de desarrollar el fútbol, sino de compensar el prestigio petrolero perdido con poder blando.
  • Financiamiento responsable: la variación de los ingresos petroleros plantea la pregunta: ¿cómo financiará Arabia Saudita de manera responsable un megaevento de más de 100.000 millones de dólares sin comprometer el bienestar de sus ciudadanos?
  • Política de distracción: la crisis petrolera desnuda la debilidad de Visión 2030. Organizar el Mundial servirá como pretexto para el fracaso en reformar.

Al conectar los puntos, queda claro: los recortes no son solo cifras en un gráfico económico; son prueba de que los objetivos saudíes para 2034 se construyen sobre cimientos endebles.

El fútbol no puede ser refugio del autoritarismo

La principal lección de los juegos petroleros saudíes es que el reino considera el deporte internacional parte de su kit de supervivencia. Otorgarse el derecho de organizar el Mundial 2034 le permitiría proyectar poder, desviar la atención de la caída de ingresos petroleros y justificar su historial represivo.

No debemos olvidar que la Copa del Mundo no es solo una competencia, es unificador, un signo de cultura y alegría. Concederla a Arabia Saudita socavaría esos ideales.

Prohibir a Arabia Saudita del Mundial FIFA 2034

Los recortes de precios del petróleo no son simples decisiones de mercado. Reflejan debilidades estructurales subyacentes: vulnerabilidad económica, sobredependencia del petróleo y uso de artificios publicitarios como el Mundial para enmascarar la realidad.

Para todos los que estamos manifestándonos para impedir que Arabia Saudita organice el Mundial 2034, este es el momento de actuar.