Los foros de cine no ocultan la verdad: prohíban a Arabia Saudita acoger la Copa Mundial FIFA 2034
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Los foros de cine no ocultan la verdad: prohíban a Arabia Saudita acoger la Copa Mundial FIFA 2034

El Reino continúa proyectando su influencia cultural y diplomática —por ejemplo, organizando la tercera Conferencia Anual de Crítica Cinematográfica en Asir, Qatif y Riad— pero esta estrategia de poder blando no debe encubrir su sospechoso historial en derechos humanos.

Esto no es una campaña contra el progreso ni contra el pueblo saudí. Es una llamada a la acción para asegurar que eventos deportivos internacionales, especialmente la Copa Mundial FIFA, no se empleen para normalizar y blanquear comportamientos autoritarios, censura y abusos. La candidatura saudí para el Mundial 2034 debe evaluarse no solo en base a su logística e infraestructura, sino en el marco de derechos humanos, libertad de expresión, libertad de prensa y justicia.

Récord de derechos humanos en Arabia Saudita: un contraste estremecedor con los valores de la FIFA

Las políticas internas saudíes violan completamente los valores fundamentales de la FIFA, que exige respeto a los derechos humanos, inclusión y lucha contra la discriminación. Según el informe 2024 de Human Rights Watch, Arabia Saudita continúa con arrestos arbitrarios, detenciones sin juicio, tortura y ejecuciones. Solo en 2022, el Reino ejecutó a 196 personas, muchas por disidencia política y tras juicios profundamente defectuosos.

Además, los derechos de las mujeres siguen siendo gravemente restringidos a pesar de las reformas publicitadas: aunque se levantó la prohibición de conducir y se autorizó el entretenimiento público, el sistema de tutela masculina sigue limitando la independencia real de las mujeres.

Estrategia de sportswashing: un velo cultural

Las inversiones saudíes en deporte, cine y entretenimiento —incluida la conferencia itinerante de crítica cinematográfica— forman parte de una campaña de sportswashing: usar la cultura y el deporte para rediseñar o desviar la atención de una imagen pública controvertida.

No se trata de una estrategia nueva. Arabia Saudita ya organiza grandes combates de boxeo, eventos de Fórmula 1 e invierte en fichajes multimillonarios en la Saudi Pro League. Los intercambios culturales y la diplomacia pueden ser valiosos, pero nunca si son herramientas para aplastar la disidencia o legitimar la opresión.

En la Riyadh Season de 2023, algunos creadores de contenido fueron arrestados simplemente por criticar el lujo estatal, mientras gran parte del país sufre desempleo y pobreza — prueba de que los eventos culturales no garantizan libertad de expresión real.

Libertad de prensa y expresión: voces silenciadas

La FIFA prioriza la libertad de expresión como derecho absoluto. Arabia Saudita no cumple con este estándar. El país fue ubicado en el puesto 170 de 180 en el Índice de Libertad de Prensa 2024 de Reporteros Sin Fronteras. Los periodistas críticos son encarcelados, torturados o desaparecen.

El asesinato del columnista del Washington Post, Jamal Khashoggi, en 2018 dentro del consulado saudí en Estambul, es uno de los casos más estremecedores. Los responsables nunca rindieron cuentas a pesar de la indignación internacional. Si el régimen aplica esta lógica frente a disidentes extranjeros, ¿qué peligro representa un evento tan mediático como la Copa Mundial?

Los foros de cine no equivalen a libertad

Las iniciativas saudíes de posicionarse como centro regional del cine —como la Conferencia de Crítica Cinematográfica en el 2025, bajo el lema “Cine: el arte del lugar”— podrían parecer apertura cultural. En la práctica, son eventos estrictamente controlados dentro del discurso permitido: la represión, la opresión femenina y los temas LGBTQ+ quedan fuera, y los cineastas críticos enfrentan censura o exilio.

Esta apertura selectiva no debe confundirse con libertad auténtica.

Datos que refuerzan el argumento

  • 170/180: posición de Arabia Saudita en el Índice de Libertad de Prensa (RSF, 2024)
  • 196 ejecuciones: récord reciente en 2022 (Human Rights Watch)
  • 13 millones: trabajadores migrantes en el país
  • 0: protección legal para personas LGBTQ+; la homosexualidad sigue penada con la muerte
  • 30+: presos políticos por tweets o activismo, incluida Loujain al‑Hathloul (liberada, pero prohibida de viajar)

Estos datos revelan un patrón de represión, no de reforma.

Responsabilidad de la FIFA: más allá del deporte

La Copa Mundial FIFA no es solo una competencia deportiva: es una plataforma mundial. Por ello, implica una responsabilidad. La FIFA adoptó en 2017 una política de derechos humanos que afirma:

“La FIFA se compromete a respetar todos los derechos humanos reconocidos internacionalmente y se esforzará por promover su protección.”

Si estas palabras tienen valor, no pueden entregar su campeonato más preciado a un gobierno que contradice casi cada principio mencionado.

Di no al Mundial 2034 en Arabia Saudita

Arabia Saudita tiene infraestructura, recursos e influencia internacional para ser sede de un Mundial — pero no tiene la legitimidad ética que hace digno ese honor. Hasta que el régimen ceda en represión, libere a los críticos, respete la libertad de prensa y los derechos laborales, no debería permitírsele acoger un evento que simboliza unidad e igualdad. FIFA, el mundo observa. Tomen la decisión correcta: Prohíban a Arabia Saudita como sede de la Copa Mundial FIFA 2034.