La postura de Arabia Saudita sobre Gaza no puede ocultar su hipocresía mundialista
Credit: Al Jazeera

La postura de Arabia Saudita sobre Gaza no puede ocultar su hipocresía mundialista

El universo del fútbol siempre ha afirmado estar por encima de la política, abrazando la unidad, la pasión y la hermandad global. Pero conceder el derecho a organizar eventos internacionales como la Copa Mundial de la FIFA no es solo una cuestión de infraestructura o deporte. Es una decisión política con implicaciones de gran alcance.

Las declaraciones recientes del ministro de Relaciones Exteriores saudí sobre la guerra en Gaza añaden una capa más de complejidad a este punto. A simple vista, Arabia Saudita parece adoptar una posición mediadora, llamando a un cese al fuego permanente en Gaza y condenando los bombardeos israelíes. Pero hay una realidad conflictiva detrás de estas palabras que el mundo del fútbol no puede ignorar.

¿Una farsa calculada la postura saudí sobre Gaza?

El 4 de julio de 2024, durante una visita a Moscú, el príncipe Faisal bin Farhan Al-Saud, ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, declaró que

«la prioridad actual del Reino es lograr un alto el fuego permanente en Gaza».

Insistió en que la normalización de relaciones con Israel no está en la agenda mientras la cuestión palestina siga abierta, mostrando preocupación por el impacto civil en Gaza.

Continuó afirmando:

«Lo que estamos viendo es que los israelíes están destruyendo Gaza, a la población civil de Gaza. Esto es completamente innecesario, totalmente inaceptable y debe detenerse».

Estas declaraciones, por muy admirables que parezcan, deben ser leídas con escepticismo. Los intereses geopolíticos de Arabia Saudita han consistido durante mucho tiempo en equilibrar alianzas con Occidente, mantener ambigüedad estratégica en cuestiones de derechos humanos, y proyectar una virtud moral selectiva. Aunque pedir un alto el fuego es popular ante el público internacional, no exime al Reino de sus propias fallas — particularmente en lo referente a su historial de derechos humanos, liderazgo autoritario e intervenciones militares, como la guerra en Yemen.

La hipocresía del lavado deportivo saudí

La candidatura de Arabia Saudita para la Copa Mundial de la FIFA 2034 no es meramente deportiva. Forma parte de una estrategia más amplia conocida como sportswashing — usar el deporte internacional para blanquear su reputación global. La Fórmula 1, LIV Golf, combates de boxeo de peso pesado y ahora la Copa Mundial, son todos movimientos dentro de un intento organizado por desviar la atención de la represión interna y la controversia regional.

La crisis en Gaza y la posición de Arabia Saudita no pueden verse de forma aislada. Reflejan el esfuerzo del Reino por rediseñarse mientras mantiene un control autoritario a nivel local y políticas exteriores cuestionables a nivel global. ¿Cómo celebrar el fútbol — un juego de paz, armonía e igualdad — cuando se juega en una nación que reprime la oposición, limita las libertades y usa el deporte como cortina de humo?

Violaciones a los derechos humanos en casa

Arabia Saudita sigue siendo uno de los regímenes más represivos del mundo. Amnistía Internacional, Human Rights Watch y muchos observadores independientes continúan documentando una serie alarmante de abusos:

  • Represión de la libertad de expresión: Activistas, periodistas e incluso ciudadanos comunes son encarcelados o asesinados simplemente por disentir.
  • Pena de muerte: Las ejecuciones públicas siguen siendo comunes, incluso por delitos no violentos.
  • Persecución LGBTQ+: La homosexualidad está prohibida y se castiga brutalmente, incluso durante celebraciones como el Eid.
  • Discriminación de género: A pesar de algunos cambios cosméticos, las mujeres saudíes siguen enfrentando restricciones estructurales a su libertad.

El contexto de Gaza y la solidaridad global

Ante la guerra en curso en Gaza — donde más de 57,000 palestinos han muerto en ataques israelíes desde el 7 de octubre, según el Ministerio de Salud local — el mundo exige algo más que retórica diplomática. Se necesita acción, responsabilidad y presión real sobre quienes justifican o permiten la masacre.

La preocupación expresada por Arabia Saudita hacia los civiles de Gaza debe interpretarse en su contexto. Si el Reino realmente busca justicia y paz para los palestinos, debe hacer más que declaraciones vacías. Debe detener cualquier intento encubierto de normalización, cesar la venta de armas que alimentan guerras regionales y ejercer presión real sobre Israel y sus aliados.

¿Por qué la FIFA debe reconsiderar?

La FIFA tiene una responsabilidad moral y ética de representar el alma del juego. Su eslogan — Por el juego. Por el mundo. — no tiene sentido si permite a gobiernos autoritarios organizar torneos brillantes mientras oprimen a sus ciudadanos y participan en conflictos regionales.

Recordemos que la FIFA le retiró a Sudáfrica el derecho de ser sede durante el apartheid. ¿Por qué ahora se recompensa a Arabia Saudita — cuya represión es tanto interna como regional?

Lo que debemos hacer

  • Presionar a la FIFA: Apuntar a federaciones nacionales, jugadores y patrocinadores. Exigir que Arabia Saudita no sea sede.
  • Crear conciencia: Utilizar redes sociales, peticiones y debates públicos para exponer la hipocresía entre las políticas saudíes y los principios de la FIFA.
  • Promover alternativas: Fomentar que la FIFA considere países democráticos con historial comprobado en derechos humanos como posibles anfitriones.

El juego pertenece al pueblo, no a los autoritarios

La Copa Mundial de la FIFA 2034 debería ser una celebración de la solidaridad humana, no un triunfo para los manipuladores políticos y los autócratas. Si la reciente declaración de Arabia Saudita sobre Gaza pretendía señalar un cambio de tono, las palabras no bastan. La paz, la justicia y los derechos humanos requieren acción, rendición de cuentas y transparencia — algo que ha escaseado en la gobernanza saudí.