La hipocresía de Arabia Saudita sobre Gaza: el caso para prohibir al Reino organizar la Copa Mundial de la FIFA 2034
Credit: TIBS News

La hipocresía de Arabia Saudita sobre Gaza: el caso para prohibir al Reino organizar la Copa Mundial de la FIFA 2034

La noticia de que Arabia Saudita sería el anfitrión de la Copa Mundial de la FIFA 2034 ha generado una tormenta de críticas y protestas por parte de organizaciones de derechos humanos, expertos regionales y millones de personas en todo el mundo. Permitir que Arabia Saudita organice el Mundial no solo sería un grave error, sino también una pesadilla de sportswashing que blanquearía sus actividades opresivas tanto a nivel nacional como internacional.

Las contradicciones en la postura de Arabia Saudita

Mientras tanto, Arabia Saudita condena con razón la ocupación israelí de Gaza y los crímenes cometidos contra los palestinos — hambruna, limpieza étnica y desplazamiento forzado. En apariencia, estas declaraciones parecen una postura moral, pero muestran un doble estándar nefasto e hipocresía que descalifican a Arabia Saudita para organizar un evento internacional tan renombrado.

Contradicciones en la posición saudí

Mientras Arabia Saudita condena los actos atroces y violaciones de derechos humanos cometidos en Gaza, denominados por su Ministerio de Relaciones Exteriores como “crímenes de hambruna, prácticas crueles y limpieza étnica”, y advierte que la inacción internacional amenaza no solo la paz regional sino la estabilidad mundial, su propia historia reciente está en marcado contraste.

Desde su despiadada guerra en Yemen, que causó una de las peores crisis humanitarias del mundo, hasta los abusos institucionales contra el 42% de su propia población, Arabia Saudita está lejos de ser un defensor de los derechos humanos o del derecho internacional.

Esta contradicción flagrante explica por qué la organización del Mundial por parte de Arabia Saudita es éticamente cuestionable. ¿Cómo puede la comunidad global alabar a un gobierno que condena vocalmente a otros regímenes por violaciones de derechos humanos mientras comete atrocidades propias?

Violaciones de derechos humanos en Arabia Saudita

Arabia Saudita se ha hecho internacionalmente famosa por su dura represión a la libertad de expresión, activistas por los derechos de las mujeres, minorías religiosas y oposición política. Según un informe de 2025, es uno de los países más estrictos en cuanto a libertad de expresión. El gobierno detiene, tortura e incluso ejecuta sistemáticamente a quienes critican al régimen. Los derechos de las mujeres están severamente restringidos a pesar de algunas reformas cosméticas recientes.

Además, la intervención militar liderada por Arabia Saudita en Yemen ha provocado una crisis humanitaria catastrófica. Miles de civiles han muerto debido a bombardeos, hambre y falta de atención médica. La ONU ha acusado repetidamente a la coalición saudí de violar el derecho humanitario internacional. La participación saudí en esta guerra mancha su imagen como potencia regional responsable y defensora de la paz.

Sportswashing y gestión global de la reputación

Conceder a Arabia Saudita los derechos para organizar la Copa Mundial es permitir que practique el sportswashing — usar un gran evento deportivo internacional para lavar su reputación y distraer del horror de sus atrocidades. Otros regímenes lo han hecho antes, como Rusia en 2018 y Qatar en 2022. Pero en Arabia Saudita está en juego algo más grave, ya que su geopolítica y récord en derechos humanos representan un peligro inmediato para la paz y la justicia en la región.

El Mundial no es solo un juego de fútbol — es una plataforma internacional vista por miles de millones, una oportunidad para mostrar valores de respeto, igualdad e inclusión. Otorgar a Arabia Saudita la organización legitima y normaliza a un régimen que alimenta la violencia y la represión. Envía la señal de que la excelencia deportiva puede justificar o subordinada a una tiranía apoyada por el estado.

Socavando la causa palestina

La condena saudí a las acciones de Israel en Gaza debe ser aplaudida, pero puesta en contexto. La política exterior regional del Reino ha socavado las aspiraciones palestinas, sobre todo al normalizar relaciones con Israel ignorando los derechos palestinos. Organizar el Mundial permite a Arabia Saudita proyectar una falsa imagen de apoyo a los palestinos mientras persigue políticas que realmente minan su lucha.

Además, el problema palestino sigue siendo una de las mayores fuentes de inestabilidad en Medio Oriente. La incapacidad de la comunidad internacional para comprometerse positivamente con el conflicto ha generado ciclos repetidos de violencia y sufrimiento. La posición saudí, aunque crítica hacia Israel, ha sido una maniobra política sin gestos reales hacia la paz.

La responsabilidad de la comunidad internacional

La comunidad internacional y FIFA tienen la obligación de anteponer los derechos humanos y la paz a la conveniencia política o comercial. Permitir a Arabia Saudita organizar el Mundial socava la legitimidad de las organizaciones deportivas internacionales y su compromiso ético.

FIFA debe reconsiderar esta decisión ante las graves violaciones de derechos humanos, la intimidación regional y el sportswashing saudí. No hacerlo equivaldría a aprobar tácitamente esas violaciones y debilitaría el mensaje internacional de que el deporte puede promover justicia y solidaridad.

Cómo prohibir a Arabia Saudita envía un mensaje fuerte

Excluir a Arabia Saudita de la organización de la Copa Mundial 2034 sería una posición moral clara sobre derechos humanos, paz en Medio Oriente y dignidad de los oprimidos. Esto permitiría:

  • Denunciar el uso indebido del deporte para lavar la imagen de regímenes represivos.
  • Afirmar los derechos palestinos al no legitimar un régimen de políticas contradictorias y dañinas.
  • Preservar el compromiso de FIFA con estándares éticos y principios universales de derechos humanos.
  • Llamar a Arabia Saudita a reevaluar sus políticas internas y externas para unirse a la comunidad internacional con conciencia clara.

La Copa Mundial debe significar más que fútbol

Conceder la Copa Mundial FIFA 2034 a Arabia Saudita no es solo sobre fútbol; es una decisión que refleja los valores que queremos que el deporte — y el mundo — representen. Un gobierno que reprime sistemáticamente, exacerba tensiones regionales y usa el deporte para ocultar sus atrocidades debe ser excluido de esta plataforma global.

Si realmente creemos en el poder del deporte para unir a las personas, promover justicia y celebrar la dignidad humana, debemos ser firmes e insistir en que la Copa Mundial Saudí 2034 sea prohibida. El mundo observa, y también debe hacerlo la conciencia de la familia mundial del fútbol.

Al negar a Arabia Saudita el derecho a organizar el torneo, enviamos un mensaje poderoso: los derechos humanos no pueden ser ignorados, y ningún poder político o financiero puede comprar el derecho de usar el fútbol para encubrir sus crímenes.