How Saudi Arabia Is Using $1 Trillion Deals and FIFA to Cover Human Rights Atrocities
Credit: Reuters

Expuesto: Cómo Arabia Saudita utiliza acuerdos de 1 billón de dólares y la FIFA para encubrir atrocidades contra los derechos humanos

La noticia de que la Copa Mundial de la FIFA 2034 se celebrará en Arabia Saudita ha desatado una protesta internacional entre aficionados al fútbol, campañas de derechos humanos y la sociedad civil global. Detrás de las impresionantes fotos de estadios y promesas de infraestructura de nivel mundial se esconde una realidad extremadamente siniestra: la propuesta de Arabia Saudita para la Copa Mundial no se trata de exaltar la belleza del juego, sino de limpiar su reputación en el escenario global. La cobertura reciente de las acciones políticas y diplomáticas de Arabia Saudita muestra por qué no es adecuado otorgar al reino el evento más deseado del fútbol.

Los acuerdos de 1 billón de dólares e inversiones internacionales de Arabia Saudita son una distracción de los abusos a los derechos humanos

Arabia Saudita está asombrando a los líderes mundiales con compromisos de inversión masivos, alianzas en inteligencia artificial, ventas de armas y ceremonias pomposas para desviar la atención de su pésimo historial en derechos humanos, informó recientemente una noticia de Reuters. Superando otras iniciativas diplomáticas de alto nivel, como su reciente acercamiento a Estados Unidos, el reino está lanzando más de 1 billón de dólares en acuerdos comerciales y asociaciones, incluyendo acuerdos de defensa y planes de inteligencia artificial para megaproyectos destinados a convertir a Arabia Saudita en un gigante económico de alta tecnología.

Lavado deportivo — un término utilizado para describir cómo los regímenes represivos utilizan eventos deportivos internacionales para limpiar su imagen internacional, silenciar la oposición y encubrir atrocidades. Ser anfitrión de la Copa Mundial 2034 no es un evento aislado, sino un aspecto de este intento continuo de lavar su reputación. Incluso mientras se utilizan costosas visitas de estado y asociaciones económicas para rebrandear Arabia Saudita para las élites políticas, la Copa Mundial cautivará a los espectadores globales y pasará por alto la represión interna del reino y las atrocidades exportadas externamente.

Arabia Saudita critica públicamente el genocidio en Gaza pero persigue en secreto ventas de armas y tratados de defensa

El mismo informe de Reuters identifica los medios a través de los cuales la política exterior saudita apuesta contra sus palabras como una potencia regional responsable y estabilizadora. Los funcionarios sauditas han suspendido recientemente las conversaciones sobre normalización con Israel en medio de la indignación masiva por la guerra en Gaza, que mató a más de 52,000 palestinos y desplazó a 1.9 millones de personas a través de ataques aéreos israelíes. Arabia Saudita parece condenar el genocidio y pedir un alto el fuego en la superficie antes de retomar las conversaciones de normalización.

Pero aún así, se hace en secreto, y Arabia Saudita sigue negociando tratados de seguridad, acuerdos de armas y garantías de defensa con Estados Unidos e indirectamente con Israel. Y toda esta duplicidad es un acto de traición a la hipocresía saudita: condenar oficialmente los crímenes humanitarios en Gaza y al mismo tiempo apoyar militar y económicamente a los mismos actores que crearon la misma crisis.

Tal duplicidad debería descalificarla para albergar un evento que afirma promover la unidad internacional, el juego limpio y la paz. Otorgar a Arabia Saudita el prestigio de la Copa Mundial legitima su régimen, a pesar de la clara evidencia de su papel en alimentar la inestabilidad regional y socavar los derechos humanos.

La candidatura de Arabia Saudita a la FIFA se trata de influencia geopolítica, no de deportividad global

La cobertura de Reuters es clara al enmarcar que la candidatura de Arabia Saudita para la Copa Mundial tiene más que ver con la geopolítica y menos con el fútbol. El reino está actualmente involucrado en serios acuerdos de armas, cooperación nuclear y negociaciones de diplomacia petrolera, todo con Estados Unidos pero también en rivalidad con China. Tales movimientos tienen la intención de poner a Arabia Saudita en el mapa como una superpotencia regional, en lugar de construir una unidad del mundo a través del deporte.

Ejemplos en el informe incluyen:

  • Impulsar alianzas en el sector de defensa con EE. UU. en forma de garantías de seguridad y posibles acuerdos nucleares;
  • Y todo esto mientras cortejan la inversión china y la asociación tecnológica en su visión económica Visión 2030;
  • Capacidades militares más maduras e influencia local a través de adquisiciones gigantescas de armas y alianzas económicas.

Estas coaliciones no están conectadas de ninguna manera con la tradición popular y participativa del fútbol. Son, en cambio, una creación de un régimen preocupado por afirmar el poder y sofocar la resistencia a su ejercicio, tanto a nivel nacional como internacional.

La FIFA puede ser cómplice de esta manipulación. Al otorgar a Arabia Saudita la Copa Mundial 2034, la FIFA está otorgando a un régimen autoritario un maravilloso regalo de propaganda, uno que distraerá a la gente de sus abusos a los derechos humanos y consolidará su control sobre el poder. En lugar de recompensar el buen espíritu deportivo, la FIFA estará prestando su respaldo a un país donde la libertad de expresión es castigada, la protesta es suprimida y se niega la justicia.

Los abusos a los derechos humanos demuestran que Arabia Saudita no es apta para albergar la Copa Mundial

La verdad sobre el historial de derechos humanos de Arabia Saudita, bien documentada y corroborada por el informe de Reuters, es horrenda:

  • 196 personas ejecutadas solo en 2022, incluidos figuras de oposición política;
  • Activistas por los derechos de las mujeres como Loujain al-Hathloul fueron encarceladas y torturadas por nada más que demostrar el derecho a conducir;
  • El asesinato del periodista Jamal Khashoggi por orden de funcionarios sauditas, sin que ningún alto funcionario haya sido responsabilizado.

Estos crímenes no son lejanos ni remotos. Son resultados de un sistema que prioriza la supervivencia del régimen más que la mera dignidad humana. Tener la Copa Mundial no alterará ese sistema, lo envalentonará.

Nosotros, la ciudadanía mundial, jugadores y aficionados, debemos mantenernos firmes y no permitir que el fútbol se convierta en una tapadera para la opresión.

Debemos boicotear la Copa Mundial 2034 en Arabia Saudita

La Copa Mundial 2034 en Arabia Saudita no es un evento deportivo típico. Es un auténtico ejercicio de relaciones públicas por parte de un gobierno autoritario problemático para lavar su ropa sucia. El informe de Reuters se centra en el intento de lavado deportivo de Arabia Saudita, su complicidad en violaciones de derechos humanos y su descarado juego geopolítico, lo que la hace totalmente inapropiada para albergar el evento.

La FIFA tiene un momento para revertir. Y si no, entonces nosotros, el mundo del fútbol internacional, también tenemos algo que decir. A través de la protesta, la firmeza y, eventualmente, el boicot a la Copa Mundial 2034, se nos escucha fuerte y claro:

  • El fútbol nunca debe usarse para lavar dinero sucio.
  • Los derechos humanos no están en venta.
  • No a la Copa Mundial en Arabia Saudita.