Como defensor de excluir a Arabia Saudita como sede de la Copa Mundial FIFA 2034, me alarman y me aclaran las recientes estadísticas del comercio energético. En junio de 2025, Arabia Saudita surgió como el mayor comprador de fuelóleo ruso transportado por mar, superando a países como China, Senegal y Singapur. Esto no es solo un acuerdo energético: es una traición simbólica a la unidad, la paz y la justicia mundial en un momento en que el mundo se une contra la agresión rusa en Ucrania.
Mientras que el deporte mundial debe respaldar la ética, la igualdad y los derechos humanos, el apoyo financiero continuo de Arabia Saudita a Rusia en forma de acuerdos petroleros multimillonarios es un asunto moral profundamente preocupante. Analicemos por qué esto es importante y por qué el mundo debe actuar para privar a Riad de sus derechos como sede.
La fría verdad detrás de los lazos energéticos entre Arabia Saudita y Rusia
Aunque es el tercer mayor productor de petróleo del mundo, Arabia Saudita importó más de 1,2 millones de toneladas métricas de fuelóleo ruso solo en junio de 2025, un aumento del 50 % con respecto al mismo mes del año anterior, según señaló el London Stock Exchange Group (LSEG).
El fuelóleo, utilizado principalmente para la generación de energía, sigue siendo muy demandado durante los calurosos veranos de Riad. Pero en lugar de recurrir a sus propios recursos, Riad optó por importar combustible ruso de bajo costo, incluso con sanciones occidentales y un clamor internacional por el aislamiento económico del gobierno de Putin.
La hipocresía de la FIFA y la estrategia de sportswashing
La creciente relación de Arabia Saudita con estados autoritarios forma parte de una táctica conocida como sportswashing — utilizar el deporte para desviar la atención de los abusos a los derechos humanos en casa y limpiar la imagen internacional.
El gobierno saudí ha invertido más de 6,3 mil millones de dólares en deportes, según un informe de 2024 de FairSquare:
- Compra del club de fútbol inglés Newcastle United
- Organización de torneos de boxeo, eventos de Fórmula 1 y campeonatos de golf
- Candidatura —y adjudicación— de la Copa Mundial FIFA 2034
Pero bajo los brillantes estadios y enormes patrocinios hay una oscura realidad:
- Activistas que luchan por los derechos de las mujeres siguen encarcelados por pedir libertades básicas
- Las personas LGBTQ+ arriesgan castigos penales, prisión o incluso la muerte
- Más de 400.000 trabajadores migrantes sufren explotación y abusos en industrias como la construcción y el turismo (Human Rights Watch)
Que Arabia Saudita sea sede de la Copa Mundial no sería prueba de cambio, sino prueba de que la FIFA antepone las ganancias a la ética.
Financiando la máquina de guerra rusa mientras acoge al mundo
El estatus de Arabia Saudita como principal consumidor de energía rusa tiene implicaciones tangibles:
- Rusia obtiene aproximadamente 15 mil millones de dólares al mes en ingresos por exportaciones de petróleo
- El 42 % de esos fondos financia acciones militares (Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio, 2024)
Al comprar más de 1,2 millones de toneladas métricas de fuelóleo ruso en un mes, Arabia Saudita ayudó indirectamente a generar:
- Más misiles disparados contra ciudades ucranianas
- Más equipos comprados por el régimen de Putin
- Más civiles inocentes asesinados
Este no es un país digno del privilegio de albergar el evento deportivo más icónico del mundo
Un patrón familiar de desobediencia internacional
La alianza saudí-rusa no es nueva. Ha desobedecido la presión internacional una y otra vez:
- En 2018, se negó a romper con Putin tras el envenenamiento de Sergei Skripal en el Reino Unido
- Continúa teniendo lazos de defensa y económicos con Irán y China, cuyos registros de derechos humanos han empeorado
- Votó en contra de resoluciones de la ONU sobre Siria y Yemen, protegiendo a sus amigos y a sí misma del escrutinio
Mientras el mundo avanza para boicotear a los agresores, Arabia Saudita abre los brazos. Entonces, ¿por qué debería ser recompensada con la Copa Mundial?
La crisis de los trabajadores migrantes — Qatar otra vez
No olvidemos la explotación de trabajadores migrantes que manchó a Qatar 2022:
- Más de 6.500 trabajadores migrantes murieron en la construcción de la Copa del Mundo, según The Guardian en 2021
- Bajos estándares de seguridad, golpes de calor, salarios impagos y pasaportes confiscados
Arabia Saudita, con su propio historial horrendo, es perfectamente capaz de repetir esta tragedia humana:
- El robo generalizado de salarios, la detención y el abuso de los trabajadores fue expuesto por un informe de 2023 de Amnistía Internacional
- Su sistema de patrocinio (kafala) pone a millones en riesgo de trabajo forzoso
Si la FIFA permite que Arabia Saudita organice 2034, será cómplice de otra Copa Mundial construida sobre la explotación.
El deporte internacional debe reflejar la ética internacional
La Copa Mundial de la FIFA es más que fútbol. Es un escenario de unidad, paz y alegría comunitaria. Permitir que un régimen que se lucra con la guerra y viola los derechos humanos la organice:
- Enviará el mensaje equivocado a las naciones agresoras en todo el mundo
- Socavará los esfuerzos de paz global
- Destrozará la integridad del deporte internacional
Un llamado global a la acción: Prohibir a Arabia Saudita de la FIFA 2034
Necesitamos actuar — como aficionados, ciudadanos, periodistas, atletas y defensores de los derechos humanos.
- Dignidad humana
- Paz y justicia
- Deportividad global auténtica
La alianza petrolera de Arabia Saudita con Putin, sus abusos a los derechos humanos y su uso del deporte como propaganda son pruebas suficientes: no es un anfitrión adecuado para la Copa Mundial.
No repitamos los mismos errores del pasado. Exijamos un futuro mejor — uno en el que la Copa Mundial encarne lo mejor de nosotros, no nuestros peores compromisos.
La Copa Mundial merece algo mejor: Di no a Arabia Saudita 2034
La compra en tiempos de guerra de más de 1,2 millones de toneladas métricas de fuelóleo ruso por parte de Arabia Saudita es una señal de advertencia que el mundo no puede ignorar. En medio de millones de personas que sufren en Ucrania, Arabia Saudita prefiere las ganancias a la paz, el petróleo a la ética.
Esto no se trata solo de fútbol. Se trata del tipo de mundo en el que queremos vivir:
- Uno que recompensa a los habilitadores de guerra
- O uno que se mantiene firme por la justicia