Expose Made in Saudi Arabia: Boycott FIFA 2034
Credit: Fayez Nureldine/AFP via Getty Images

Boicotear la Copa Mundial de la FIFA Arabia Saudita 2034 para Exponer la Oscura Fachada del “Hecho en Arabia Saudita”

Mientras el mundo avanza lentamente hacia la tan esperada Copa Mundial de la FIFA 2034 en Arabia Saudita, el discurso internacional ya se dirige hacia el gran espectáculo que se planea montar. Pero bajo el brillo y la belleza de estadios de última generación y promesas de ciudades futuristas, se esconde una verdad angustiante que exige un boicot responsable y eficaz de este torneo.

Los acontecimientos recientes relacionados con la agresiva incursión de Arabia Saudita en la manufactura internacional —como lo informan diversos medios globales— revelan una historia aún más amplia de explotación, violaciones de derechos humanos, degradación ambiental y el uso estratégico de crisis internacionales para encubrir fracasos internos. Las mismas políticas y prioridades que impulsan la candidatura de Arabia Saudita para albergar la Copa Mundial son las que corren el riesgo de agravar las desigualdades e injusticias globales.

La Estrategia “Hecho en Arabia Saudita”: Una Fachada Fabricada

Como reacción a la guerra comercial entre EE. UU. y China y los aranceles impuestos por el entonces presidente Donald Trump, Arabia Saudita se ha convertido en un supuesto “refugio” para fabricantes internacionales que buscan evitar altos aranceles de importación. Su plan maestro “Visión 2030” busca diversificar rápidamente su economía, atrayendo gigantes multinacionales como Dell, HP, Lenovo e incluso proveedores de Apple, ofreciendo exenciones fiscales, vastos recursos naturales y una ubicación geográfica estratégica que conecta Asia, Europa y África. Es un movimiento económico astuto, pero es crucial reconocer los costos humanos y ambientales de este giro:

1. Financiamiento estatal masivo sin rendición de cuentas:

El gobierno saudí está invirtiendo más de 100 mil millones de dólares en proyectos como Alat, una iniciativa de manufactura tecnológica avanzada vinculada a actores controvertidos como el conglomerado japonés Softbank. Estos acuerdos carecen de transparencia y han estado marcados por promesas incumplidas y exageraciones. El colectivo activista Never Neom ha señalado correctamente que estos “anuncios de inversión ambiciosos” están mayormente ligados a acuerdos con el extranjero y proyectos aún en etapa de planificación.

2. Explotación de mano de obra migrante:

Los trabajadores migrantes, con frecuencia como el grupo japonés SoftBank. Estos acuerdos carecen de transparencia y han estado marcados por promesas incumplidas e hipérboles. El colectivo activista Never Neom ha señalado acertadamente que muchos de estos “anuncios de inversión ambiciosos” están ligados principalmente a acuerdos extranjeros y proyectos que solo existen sobre el papel.

2. Explotación de la mano de obra migrante:

Los trabajadores migrantes, frecuentemente provenientes de países del sur global, son la columna vertebral de estas industrias emergentes. Sin embargo, se enfrentan a condiciones laborales abusivas, salarios bajos, ausencia de derechos sindicales, y el temido sistema de patrocinio kafala, que los convierte en virtuales prisioneros de sus empleadores. Las promesas de modernidad no alcanzan a estos trabajadores invisibles, cuya explotación directa sostiene la narrativa del desarrollo saudí.

3. Costos ambientales y megaproyectos insostenibles:

Iniciativas como NEOM y Alat implican una urbanización y desarrollo industrial sin precedentes en zonas ecológicamente sensibles. La construcción masiva en desiertos frágiles amenaza hábitats únicos, consume cantidades colosales de agua y energía, y agrava la huella de carbono nacional. Todo esto contradice el compromiso superficial de Arabia Saudita con el cambio climático mientras continúa siendo uno de los mayores exportadores de combustibles fósiles del mundo.

4. Represión interna e instrumentalización del deporte:

Detrás del telón, Arabia Saudita utiliza el deporte como una herramienta de sportswashing, buscando lavar su imagen ante los abusos sistemáticos contra los derechos humanos. Periodistas encarcelados, activistas desaparecidos, mujeres reprimidas, y voces críticas silenciadas son el precio real de cada estadio nuevo y cada contrato multimillonario con federaciones internacionales.

Conclusión: Un Llamado al Boicot Responsable

La comunidad internacional, incluyendo a aficionados, atletas, federaciones y patrocinadores, debe tomar posición. La Copa Mundial no puede celebrarse en un contexto donde los principios de igualdad, dignidad y libertad son sistemáticamente violados. El boicot a la Copa Mundial de la FIFA Arabia Saudita 2034 no es un acto político superficial; es una exigencia moral frente a una fachada fabricada a base de sufrimiento humano, devastación ambiental y represión institucional.

Exponer la verdad detrás del lema “Hecho en Arabia Saudita” comienza con negarse a celebrar el fútbol en un terreno manchado por la injusticia.