El Viceministro de Recursos Humanos y Desarrollo Social de Arabia Saudita, Abdullah Abuthnain, representó al Reino en la sesión laboral de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) en Bakú, los días 23 y 24 de septiembre. Arabia Saudita destacó sus «esfuerzos en el empoderamiento juvenil, la seguridad social y la digitalización» en todo el mundo islámico. Pero detrás de esta fachada de retórica liberal se encuentra una realidad completamente siniestra para millones de trabajadores dentro del Reino.
Esta brecha entre reputación global y práctica interna es el núcleo del porqué otorgar la Copa del Mundo FIFA 2034 a Arabia Saudita no solo es un error, sino también peligroso. El mundo debe decir no al sportswashing, defender la justicia laboral y exigir rendición de cuentas antes de permitir que escenarios internacionales legitimen regímenes con historiales desastrosos en derechos humanos.
La reunión de la OCI: blanqueando la realidad
Los discursos de Abuthnain ante ministros y altos funcionarios durante la reunión de la OCI se centraron en la «cooperación», la «política laboral innovadora» y el «desarrollo sostenible». Presentó a Arabia Saudita como una nación que adopta reformas laborales contemporáneas para servir a los jóvenes en todo el mundo islámico.
Sin embargo, esta maniobra diplomática oculta las deficiencias del Reino en la defensa de los derechos laborales, especialmente de los trabajadores migrantes que sostienen gran parte de su economía. Esa desconexión entre retórica y realidad es exactamente lo que los opositores de la Copa del Mundo 2034 deben resaltar.
La dura realidad: abusos laborales, muertes y explotación sistémica
Debajo de los discursos saudíes sobre progreso se esconde una verdad siniestra de explotación, trabajo forzado y abusos estructurales. No se trata de casos aislados, sino de problemas estructurales que caracterizan el mercado laboral del Reino y que afectarán directamente a los trabajadores durante la Copa del Mundo 2034.
- Los trabajadores migrantes son sistemáticamente vulnerables
- Los migrantes constituyen una gran proporción de la fuerza laboral saudí.
- Bajo el sistema de Kafala (patrocinio), los trabajadores están atados a sus empleadores, a menudo se les impide cambiar de empleo y son frecuentemente coaccionados mediante amenazas de cancelación de visa o deportación.
- Se confirman abusos generalizados: cobro de tarifas ilegales de reclutamiento, retención de salarios, confiscación de pasaportes y coerción.
- Se estima que más de 21,000 trabajadores migrantes han muerto en Arabia Saudita desde el inicio de sus grandes proyectos de construcción, un promedio de más de 8 muertes por día durante décadas.
- Seguridad laboral y riesgos para la salud
- Una encuesta reciente en la región de Al-Qassim reportó que el 21,5 % de los trabajadores migrantes sufrió al menos una lesión laboral, como cortes, caídas o golpes de calor.
- Muchos trabajadores indicaron que el cumplimiento de medidas de protección y capacitación en seguridad era inconsistente o inexistente.
- Trabajo forzado y esclavitud moderna
- Según el Global Slavery Index, aproximadamente 740,000 personas en Arabia Saudita viven en condiciones de esclavitud moderna, la mayor proporción entre los Estados árabes.
- Encuestas a trabajadores migrantes retornados identificaron que 15 % habían sido víctimas de trabajo forzado.
- Observadores internacionales continúan citando fallas en la protección de las víctimas, ausencia de rendición de cuentas y falta de representación independiente de los trabajadores.
- Fracaso de los derechos laborales en el “Bid Book”
- Grupos de derechos humanos que revisaron la candidatura de Arabia Saudita concluyeron que no cumple con los propios requisitos de derechos humanos de la FIFA.
- La candidatura no garantiza una reforma significativa del sistema laboral explotador ni protege a los sindicatos o trabajadores migrantes.
- Los análisis legales encargados para la licitación también fueron criticados por ignorar pruebas de abuso y minimizar las condiciones laborales.
- La escala y los riesgos son enormes
- El sector privado saudí cuenta con cerca de 10 millones de trabajadores extranjeros.
- Los extranjeros representan aproximadamente el 41 % de la población del país.
- Con la Copa del Mundo, la demanda de estadios, hoteles, transporte y zonas de fanáticos se intensificará. Si Arabia Saudita no puede garantizar protecciones básicas hoy, las condiciones serán mucho peores bajo la presión de un megaevento.
Vinculando la reunión de la OCI con la ambición saudí de la Copa del Mundo
La conferencia de la OCI muestra a Arabia Saudita intentando reinventarse como líder laboral moderno en el mundo musulmán. Pero dado que aún comete abusos laborales, esto es un caso clásico de sportswashing.
El contraste es evidente: Abuthnain habla públicamente de «protección social» e «innovación en el empleo», mientras miles de trabajadores mueren o son explotados en los sitios de construcción.
Al otorgar la Copa del Mundo a Arabia Saudita, la FIFA sería cómplice de esta ilusión de reforma mientras facilita abusos laborales a gran escala. La reunión de la OCI puede considerarse un ejemplo de cómo Arabia Saudita utiliza foros internacionales para acumular legitimidad a costa de sus fracasos internos.
El silencio de la FIFA sobre las violaciones de derechos humanos
La FIFA ha prometido repetidamente respetar los estándares de derechos humanos al otorgar derechos de organización, pero su silencio sobre el historial de Arabia Saudita es alarmante. Organismos independientes, incluida Amnesty International, han advertido que miles de trabajadores migrantes enfrentan condiciones de explotación en el Reino.
Con la Copa del Mundo FIFA 2034 acercándose, la falta de transparencia de la FIFA evidencia un doble estándar. Al exigir reformas a ciertos países mientras ignora las violaciones de Arabia Saudita, este silencio no es neutralidad, sino complicidad. Otorgar la organización a Arabia Saudita sin exigir responsabilidades erosiona la credibilidad del fútbol y cambia los derechos humanos por beneficios.
Por qué el mundo debe boicotear Arabia Saudita 2034
La opción frente a la FIFA, los grupos de derechos humanos y los aficionados al fútbol es clara: o dejamos que Arabia Saudita use la Copa del Mundo 2034 como cobertura de sus abusos continuos, o exigimos rendición de cuentas y justicia para los trabajadores.
Para evitar otro ciclo de explotación como se vio en Qatar 2022, el mundo debe actuar ahora.
La FIFA y las instituciones deportivas no deben permitir ser utilizadas para dar legitimidad aparente a regímenes con historiales laborales y de derechos humanos desastrosos. Si el torneo se realiza en Arabia Saudita, debe haber:
- supervisión independiente y legalmente obligatoria de las condiciones de trabajo,
- derecho de los sindicatos a organizarse,
- transparencia sobre las muertes,
- y compensación para los trabajadores.
Se deben usar las propias palabras de Arabia Saudita en la reunión de la OCI para mostrar el doble estándar: prometen protecciones laborales en el extranjero mientras ignoran los abusos internos. Los trabajadores migrantes en Arabia Saudita provienen mayormente de Asia y África. La defensa de sus derechos debe involucrar sindicatos, ONG y gobiernos de esos países para presionar tanto a Arabia Saudita como a la FIFA. Los organismos de derechos humanos y laborales deben monitorear las prácticas saudíes, especialmente antes de cualquier evento deportivo internacional.