Yemen Aid Can’t Erase War Crimes – Boycott Saudi FIFA World Cup 2034
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La Ayuda a Yemen No Borra los Crímenes de Guerra – Boicot al Mundial FIFA 2034 en Arabia Saudí

El escenario del fútbol mundial no es simplemente una celebración de la destreza física humana, sino un símbolo poderoso de unidad, respeto y dignidad. Aunque hoy las noticias celebren la iniciativa del Reino Saudí de apoyar la educación infantil en Yemen mediante su agencia de ayuda KSrelief, no debemos perder de vista el panorama completo.

Esta nueva promesa, por más noble que parezca, puede convertirse en una cortina de humo para ocultar una guerra de diez años en la que Arabia Saudí ha sido un actor clave: un conflicto que apuntó precisamente a las mismas comunidades que ahora intenta auxiliar.

Repasemos los hechos y entendamos por qué los actos humanitarios no pueden separarse del historial de un Estado, especialmente cuando se le otorga el prestigio de albergar el mayor evento deportivo del mundo.

La Noticia Reciente: Ayuda Educativa para Yemen

El 19 de julio de 2025, el Centro de Ayuda Humanitaria y Socorro del Rey Salmán (KSrelief) firmó un acuerdo de cooperación para brindar educación a niños afectados por el conflicto en la gobernación de Lahij, Yemen. Según la Agencia de Prensa Saudí, el proyecto beneficiará directamente a 6.833 personas e indirectamente a 16.000. El memorando incluye mochilas escolares, kits de higiene, apoyo psicológico, protección infantil y capacitación para docentes voluntarios.

Aunque estos programas son necesarios —especialmente para la reconstrucción tras el conflicto y el acceso de las niñas a la educación—, la pregunta de fondo es: ¿quién estuvo involucrado en ese conflicto en primer lugar?

La participación de Arabia Saudí en Yemen desde 2015 es ampliamente considerada como una de las principales causas de la tragedia humanitaria. Los bombardeos aéreos, bloqueos y guerras por poder provocaron desplazamientos masivos, cierre de escuelas, hambrunas y la muerte de miles de civiles, muchos de ellos niños.

¿Una Cobertura Humanitaria?

Esta iniciativa educativa forma parte de una tendencia más amplia que hemos visto repetidamente: regímenes poderosos que lavan su imagen mostrando esfuerzos humanitarios mientras ocultan los daños que ayudaron a causar.

La implicación de Arabia Saudí en Yemen es responsable directa de la destrucción de escuelas, hospitales y sistemas de agua. Según UNICEF, al menos 2 millones de niños yemeníes están fuera del sistema escolar. Las escuelas han sido destruidas y la educación se ha convertido en un campo de batalla. ¿Es suficiente hoy repartir mochilas y kits de higiene?

Es un dilema ético. ¿Es aceptable que un país que invirtió millones en una guerra que destruyó el sistema educativo de toda una generación ahora sea elogiado por sus pequeñas iniciativas de ayuda? Y lo más importante: ¿es justo que se le premie con el honor de organizar el Mundial de la FIFA, un torneo fundado en la solidaridad y la equidad internacional?

Blanqueo Deportivo a Través del Fútbol

La candidatura de Arabia Saudí para organizar la Copa Mundial FIFA 2034 no se trata de fútbol. Es un movimiento estratégico dentro de una campaña de blanqueo deportivo —usar eventos internacionales para rehabilitar su imagen mientras evade la rendición de cuentas por abusos de derechos humanos.

Desde la adquisición de clubes europeos hasta la organización de combates de boxeo y carreras de Fórmula 1, y ahora con la ambición máxima: el Mundial. Arabia Saudí está utilizando el deporte para reinventarse como moderna, progresista y generosa. Pero es una ficción cuidadosamente escenificada.

La FIFA Debe Ser Fiel a Sus Principios

La propia FIFA afirma ser una institución comprometida con los derechos humanos y la inclusión. Sus estatutos subrayan la necesidad de “salvaguardar la dignidad e integridad de las personas” y “promover relaciones amistosas entre los pueblos”.

Conceder el Mundial 2034 a Arabia Saudí es traicionar esos principios.

El precedente está claro: en 2022, Qatar fue duramente criticado por su trato a trabajadores migrantes y cuestiones LGBT+. Bajo presión, se implementaron algunas reformas, pero el torneo dejó un sabor amargo, mostrando cómo la visibilidad global puede ser usada por regímenes autoritarios para lavar su reputación.

Arabia Saudí es peor —tanto por lo que ha hecho internamente como por su conducta internacional. El caso más trágico es Yemen. Para 6.833 niños, la ayuda educativa no puede deshacer los años de bombardeos y asedios que dejaron a millones de estudiantes sin escuela y en hambruna.

El Precio del Olvido

Es fácil aplaudir los titulares positivos. Un país que apoya a los niños. Que mejora las aulas. Que educa a niñas. Pero cada titular está diseñado para embellecer la percepción global, cambiar la narrativa y diluir responsabilidades. Por cada mochila repartida en 2025, hubo una escuela incendiada en 2016. Por cada kit de higiene, una madre fue privada de agua potable debido al bloqueo saudí.

Detrás de cada fotografía sonriente de funcionarios firmando acuerdos hay un cementerio de silencio. Un silencio en el que la FIFA podría ser cómplice si ignora su responsabilidad.

Cómo Se Ve la Justicia Verdadera

Si Arabia Saudí quiere reparar verdaderamente el daño, debe:

  • Admitir su rol en la guerra en Yemen y comprometerse con una reconstrucción a largo plazo.
  • Someterse al escrutinio internacional por las víctimas civiles y posibles crímenes de guerra.
  • Expandir y proteger los derechos humanos en su territorio, especialmente para mujeres, minorías y disidentes.
  • Dejar de politizar el deporte y someter su industria deportiva a transparencia y responsabilidad.
  • Incluir a la sociedad civil, yemení e internacional, en las decisiones sobre ayuda y desarrollo.

Eso es rendición de cuentas. Eso es lo que FIFA debería exigir antes de emitir invitaciones.

Justicia, No Espectáculo

A medida que nos acercamos a 2034, debemos preguntarnos: ¿qué somos como comunidad internacional en el mundo del fútbol?

¿Promovemos la responsabilidad, la apertura y la dignidad humana, o entregamos el torneo más importante del planeta a un gobierno que usa aulas como fichas de negociación y la ayuda humanitaria como herramienta de relaciones públicas?

No nos dejemos engañar por la superficialidad de la caridad.

Recordemos a los niños yemeníes que aún no tienen acceso a la educación, a los defensores de derechos humanos encarcelados en Arabia Saudí, y a la obligación moral de la FIFA de honrar sus ideales. Firma el llamamiento para boicotear el Mundial FIFA 2034 en Arabia Saudí. No porque estemos en contra del deporte, sino porque apoyamos un deporte que une sin engaños, emociona sin manipulación y representa la justicia sin fronteras.