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La ilusión de la reforma: por qué los cambios laborales en Arabia Saudita no justifican la Copa Mundial 2034

El 15 de septiembre de 2025, el Ministerio de Recursos Humanos y Desarrollo Social de Arabia Saudita, junto con el Consejo Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional, levantaron oficialmente una prohibición de tres meses de trabajar al aire libre durante las horas más calurosas del día, de 12:00 a 15:00. La prohibición, vigente del 15 de junio al 15 de septiembre, supuestamente buscaba proteger a los trabajadores del calor extremo, aplicar medidas de seguridad y respaldar los objetivos de la Visión 2030 en materia de salud ocupacional. Se realizaron más de 29.000 inspecciones, mostrando un 94% de cumplimiento, 2.414 violaciones y 325 denuncias públicas.

A simple vista, esto podría parecer un avance. Pero en el panorama general, y con la Copa Mundial de la FIFA 2034 cada vez más cerca, estas medidas son superficiales, reactivas y totalmente insuficientes. No pueden ocultar los mecanismos estructurales de abuso ni el enorme costo humano que pagan los trabajadores migrantes en Arabia Saudita.

Normas temporales no significan seguridad real

La prohibición de trabajar bajo el sol abrasador en ciertas horas fue temporal y parcial. Solo aplicaba tres meses al año, de 12:00 a 15:00. Es una ventana muy limitada. Los veranos sauditas superan regularmente los 45 °C, y los riesgos del calor no se restringen a esas tres horas. Los trabajadores han denunciado jornadas de más de 10 horas, sin descanso adecuado, agua, sombra ni atención médica.

Levantar la prohibición no significa que las temperaturas bajen ni que las condiciones mejoren. Simplemente elimina una protección débil. Con los preparativos del Mundial —nuevos estadios, hoteles, megaproyectos como NEOM, aeropuertos, carreteras y ferrocarriles— los trabajadores serán sometidos a calor extremo constante, largas jornadas y condiciones peligrosas.

Explotación sistemática y generalizada de trabajadores migrantes

Más allá de la exposición solar, el sistema saudí abarca formas aún más brutales de explotación. En la mayoría de los casos reportados, los salarios se retienen durante meses. El “robo de salarios” no es aislado, sino rutinario. El sistema de kafala, que vincula la visa y el estatus legal del trabajador al empleador, permite abusos extremos: confiscación de pasaportes, restricciones de movilidad o de cambio de empleo, y amenazas de represalias.

Las condiciones peligrosas, los accidentes mortales y las enfermedades laborales son comunes: electrocuciones, caídas, golpes de calor. Muchos casos se subregistran o se reportan con datos engañosos. Las familias casi nunca reciben compensación justa o notificación adecuada.

Reformas débiles, aplicación deficiente

Arabia Saudita ha emprendido algunas reformas: nuevas leyes, campañas de concientización, inspecciones. Pero cada paso se ve anulado por la falta de aplicación, vacíos legales y cobertura limitada.

La regulación del trabajo al sol solo se aplicó medio año, con violaciones documentadas incluso bajo supervisión. Muchas de las garantías prometidas en las candidaturas —protección contra el calor, sistemas de bienestar, seguros de vida— no están implementadas o no son vinculantes. Los trabajadores domésticos, entre los más vulnerables, quedan fuera de la mayoría de las protecciones laborales efectivas.

Un alto costo: vidas, dignidad, justicia

Las cifras son asombrosas y desgarradoras. Más de 13 millones de trabajadores migrantes residen en Arabia Saudita, más del 40% de la población. Se estima que 21.000 muertes laborales desde 2017 están relacionadas con NEOM y otros proyectos, sin contar las no registradas o clasificadas como “causas naturales”.

La primera muerte directamente vinculada a un estadio para 2034 ya ocurrió: Muhammad Arshad, un trabajador migrante de Pakistán, cayó desde lo alto mientras trabajaba en el estadio Aramco en Al Khobar. Su fallecimiento evidencia tanto las condiciones peligrosas como el encubrimiento: al personal se le instó a borrar grabaciones y guardar silencio.

Estas no son solo cifras: son vidas humanas perdidas por negligencia, mala regulación y un sistema que prioriza las ganancias y el prestigio sobre la dignidad humana.

Por qué el fin de la prohibición de mediodía importa para el boicot

El fin de la prohibición de trabajar al mediodía es un microcosmos del problema mayor. Indica que las salvaguardas son provisionales, limitadas y políticamente oportunistas: se aplican bajo presión y se eliminan cuando la atención disminuye.

Muestra que el cumplimiento es incompleto y la aplicación débil, con violaciones generalizadas incluso durante la prohibición. Ilustra que la retórica gubernamental de reforma se centra en la imagen, no en un cambio profundo y sostenido.

Si una prohibición de tres horas en verano —con la atención internacional en su punto máximo— no puede aplicarse ni mantenerse, ¿qué esperanza hay de protección durante todo el año para los miles de trabajadores en los proyectos del 2034?

El costo oculto de las aspiraciones saudíes

Bajo los brillantes estadios y megaproyectos saudíes existe una realidad oscura: los trabajadores migrantes son explotados para hacer posible las ambiciones del reino.

Calor extremo y condiciones peligrosas
Miles de trabajadores son obligados a trabajar en un calor desértico abrasador que a menudo supera los 45 °C. La eliminación de la prohibición de mediodía solo ha agravado los riesgos de insolación, deshidratación y muerte repentina en los sitios de construcción.

Robo de salarios y explotación

Miles de migrantes sufren retrasos o impagos, algunos esperando meses solo para ser negados sus salarios. El sistema de kafala los mantiene atados a sus empleadores, haciendo casi imposible denunciar abusos sin arriesgar la deportación.

Falta de protección legal

A pesar de reformas cosméticas, los trabajadores siguen sin derechos reales para sindicalizarse, denunciar abusos de manera segura o acceder a una justicia independiente. La supervisión es mínima, y la explotación continúa impune en las sombras de los proyectos saudíes.

Apoya a los trabajadores: boicot a Arabia Saudita 2034

La reciente flexibilización de la prohibición de trabajar al mediodía demuestra que, lejos de los discursos, las reformas son cosméticas. La explotación laboral, las muertes, el riesgo de trabajo forzoso, el robo de salarios, los entornos inseguros y la ausencia de protecciones sustantivas no están siendo resueltos ni prevenidos.

Con la Copa Mundial 2034, la magnitud de las construcciones, infraestructuras y mano de obra se disparará, con el riesgo de aún más abusos si no ocurre un cambio radical.

Boicotear Arabia Saudita 2034 va más allá del fútbol. Se trata de no normalizar ni recompensar un sistema de explotación laboral. Se trata de obligar a la FIFA, gobiernos, empresas y aficionados a exigir que la dignidad, la seguridad y la vida humana importen más que los megaestadios y el prestigio internacional.