La declaración reciente del Ministerio del Interior saudí, anunciando que 9 639 residentes indocumentados fueron detenidos en una sola semana (del 5 al 11 de junio de 2024), envía una estremecedora advertencia al resto del mundo sobre el alarmante historial de derechos humanos en el Reino, especialmente en lo que respecta a trabajadores migrantes y refugiados. En un momento en que Arabia Saudita se prepara para acoger la Copa Mundial de la FIFA 2034, estas detenciones masivas ponen de manifiesto un contraste brutal entre la imagen de modernización del país y sus políticas internas represivas. Para activistas de derechos humanos, ciudadanos internacionales y aficionados al fútbol, el mensaje es claro: Arabia Saudita no merece albergar el evento deportivo más popular del planeta.
Un vistazo al duro trato a los migrantes en Arabia Saudita
Durante el periodo de inspección, las autoridades saudíes arrestaron a miles por violaciones de las leyes de residencia, trabajo y fronteras:
- 5 625 por violar la legislación de residencia
- 2 797 por violar las leyes de seguridad fronteriza
- 1 217 por violar la legislación laboral
De estos arrestos, 1 117 personas fueron interceptadas intentando cruzar la frontera, en su mayoría refugiados y trabajadores pobres de Etiopía (72 %) y Yemen (28 %). No se trata de “criminales”, como afirma el gobierno, sino de personas empobrecidas huyendo de la guerra, el hambre y la agitación política, en parte causada por la propia política exterior saudí, incluida la guerra en Yemen.
A pesar de esta emergencia humana, Arabia Saudita responde con arrestos masivos, deportaciones y amenazas de penas brutales. El Ministerio del Interior se jacta de que los infractores pueden recibir hasta 15 años de prisión, una multa de 1 millón de riyales saudíes (aproximadamente 266 000 dólares), y la confiscación de vehículos o bienes usados en la asistencia a estas personas.
La cruda verdad tras la fachada de «reino moderno»
Desde que lanzó su plan Visión 2030, Arabia Saudita se ha presentado como una nación abierta y reformista, en busca de aceptación internacional, especialmente a través del deporte. Ha apostado fuerte por el golf (LIV Golf), la Fórmula 1 y ahora el fútbol (Copa Mundial 2034). Pero su historial con trabajadores migrantes y refugiados cuenta otra historia.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la ONU sigue señalando a Arabia Saudita como uno de los peores países en cuanto a derechos laborales, especialmente por su sistema de kafala, reformado pero aún muy problemático.
Human Rights Watch ha denunciado repetidamente abusos generalizados, salarios impagados y maltrato a trabajadores extranjeros, muchos de los cuales quedan «ilegales» debido a patrones abusivos o disputas contractuales sin vía de apelación.
El reciente arresto de más de 14 402 residentes indocumentados (13 364 hombres y 1 038 mujeres) saca esta crisis a la luz. Muchas de estas personas llegaron de forma legal, pero terminaron en situación “ilegal” debido a explotación laboral, confiscación de pasaportes o promesas incumplidas de empleo y salario.
¿Una repetición de la vergüenza de Qatar?
La FIFA ya fue ampliamente criticada por otorgar la Copa Mundial 2022 a Qatar, donde murieron más de 6 500 trabajadores migrantes durante la década de preparación, según un informe de The Guardian en 2021. Este escándalo de derechos laborales dañó gravemente la reputación de la FIFA.
¿Está a punto de repetir el mismo error con Arabia Saudita? Nada indica una mejora en las condiciones laborales. De hecho, los mecanismos de explotación de Qatar siguen profundamente arraigados en el entorno político, legal y económico saudí.
La organización de la Copa 2034 exigirá probablemente el empleo de esas mismas víctimas del tráfico humano para construir estadios, servir en hoteles, transporte y limpieza, con el consiguiente nuevo desastre de derechos humanos en ciernes.
Refugiados criminalizados: la tragedia Yemen-Etiopía
De los 1 117 individuos arrestados tratando de entrar en Arabia Saudita, la gran mayoría eran yemeníes y etíopes, dos de los grupos más vulnerables de la región.
Yemen lleva casi una década devastado por la guerra, impulsada en gran medida por la intervención militar saudí, y las Naciones Unidas la califican como la peor crisis humanitaria del mundo.
Etiopía ha sufrido ciclos de desplazamiento forzado por conflictos internos, hambruna y represión política.
En lugar de ofrecerles asilo y refugio, Arabia Saudita arresta, detiene y deporta a estas personas en grandes redadas. Miles de migrantes etíopes son retenidos en centros de detención superpoblados, con condiciones insalubres y peligrosas, antes de ser devueltos a sus países de origen en situaciones extremadamente peligrosas.
Amnistía Internacional denuncia estas prácticas como una violación flagrante del derecho internacional de los refugiados. Surge una pregunta inquietante: ¿cómo puede un país criminalizar refugiados un día y pretender recibir aficionados al fútbol al otro?
Estado de vigilancia: el lado oscuro de la sociedad saudí
En su comunicado, el Ministerio del Interior saudí instó a los ciudadanos a denunciar a los supuestos infractores llamando a líneas como 911, 999 o 996, convirtiendo a los residentes en informantes, lo que refleja la sociedad de vigilancia policializada del Reino, lejos del ambiente abierto, festivo y global que debería caracterizar una Copa Mundial.
Si los ciudadanos y trabajadores son vigilados, arrestados y reprimidos día a día, ¿qué libertades podrán esperar los aficionados visitantes en 2034? ¿Se impondrá la misma represión a fans LGBT, activistas, periodistas o disidentes políticos?
¿Por qué el mundo debe decir NO a Arabia Saudita 2034?
El fútbol no es solo un deporte. Es una celebración de humanidad, diversidad y libertad. La Copa Mundial debe encarnar estos valores, no blanquear violaciones de derechos humanos de regímenes autoritarios.
El historial de Arabia Saudita, subrayado con estas recientes detenciones, demuestra que el Reino no está preparado ni es apto para acoger un evento de tal magnitud.
Actúa ahora: detén Arabia Saudita 2034 y defiende los derechos humanos
La FIFA, los líderes globales, las ONG, los hinchas y los ciudadanos deben unirse para rechazar la candidatura de Arabia Saudita para la Copa Mundial 2034. No se puede permitir otro torneo basado en explotación, sufrimiento e hipocresía.
Hazte oír. Comparte este mensaje. Exige responsabilidades. Boicotea Arabia Saudita 2034.
En nombre de los derechos humanos, la dignidad y el futuro del fútbol: el mundo debe decir ¡NO!