A Spotlight on Saudi Arabia’s War Crimes and Regional Destabilization
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Un Enfoque Sobre los Crímenes de Guerra de Arabia Saudita y la Desestabilización Regional

Mientras Arabia Saudita se prepara para albergar la Copa Mundial de la FIFA 2034, cada vez más organizaciones de derechos humanos, miembros de la sociedad civil y ciudadanos de todo el mundo están pidiendo un boicot total del torneo. Aunque gran parte de las críticas se centran en el historial ampliamente documentado de violaciones a los derechos humanos dentro del Reino —desde la represión de la disidencia hasta la falta de libertades políticas— existe también una razón igualmente urgente, aunque menos reconocida, para protestar contra el torneo:

La política exterior saudí y su implicación militar en crímenes de guerra y la desestabilización de la región. También se debe prestar atención a los recientes intentos de Arabia Saudita de «normalizar» su posición geopolítica —en particular su incipiente relación con Israel— que no hacen más que profundizar los ciclos de violencia e impunidad en Oriente Medio.

El Historial de Crímenes de Guerra de Arabia Saudita

Las intervenciones extranjeras de Arabia Saudita, especialmente en Yemen, han dejado profundas cicatrices en millones de vidas. La intervención militar liderada por Arabia Saudita desde 2015 ha provocado la muerte de miles de civiles, una hambruna masiva y lo que la ONU ha descrito como la peor crisis humanitaria del mundo. Los crímenes de guerra documentados incluyen:

  1. Bombardeo aéreo de infraestructuras civiles:
    Hospitales, escuelas, mercados y zonas residenciales han sido atacadas en clara violación del derecho internacional humanitario.

  2. Uso prohibido de armamento:
    Empleo de bombas de racimo y otras armas indiscriminadas en zonas habitadas por civiles.

  3. Obstrucción de ayuda humanitaria:
    Bloqueos constantes al suministro de gasolina, alimentos y medicinas, provocando crisis similares a la hambruna.

  4. Masacres de niños:
    Bombardeos repetidos a autobuses escolares e instalaciones educativas, con miles de niños muertos (según estimaciones de UNICEF).

  5. Falta de rendición de cuentas:
    Arabia Saudita presionó con éxito a la ONU para eliminar a la coalición liderada por el Reino de la lista de violadores de los derechos de la infancia, y ha bloqueado investigaciones internacionales.

Normalización con Israel: Agravando el Problema

Recientemente, Arabia Saudita ha sido noticia por avanzar hacia una normalización con Israel. Aunque se presenta como un paso hacia la paz y la cooperación regional, en realidad es una maniobra geopolítica cínica para consolidar bloques de poder, sin abordar injusticias históricas ni mejorar los derechos humanos.

Problemas centrales de esta normalización:

  • Ignorar los derechos palestinos:
    Arabia Saudita ignora la Iniciativa de Paz Árabe, que exige la creación de un Estado palestino antes de cualquier normalización.

  • Aumento de vínculos militares:
    Acuerdos de defensa y ventas de armas entre EE.UU., Israel y Arabia Saudita, con respaldo de Washington.

  • Intercambio de inteligencia:
    Cooperación en espionaje, ciberseguridad y tácticas de represión, que puede fortalecer aún más la represión regional.

  • Desestabilización regional:
    Apoyo a los sectores más radicales de Israel, como se vio en la ofensiva en Gaza en 2023.

  • Marginación palestina:
    Reducción del apoyo internacional a la causa palestina y agravamiento del sufrimiento en Gaza y Cisjordania.

Lavado de Imagen Deportivo y la Copa Mundial 2034

La candidatura saudí para albergar el Mundial de 2034 representa un claro ejemplo de sportswashing, es decir, el uso de eventos deportivos masivos para lavar su reputación y desviar la atención de sus violaciones de derechos humanos.

Estrategias saudíes de lavado deportivo:

  • Inversiones masivas en deportes:
    Grandes premios de Fórmula 1, LIV Golf, combates de boxeo de alto nivel y torneos de e-sports.

  • Juegos Asiáticos de Invierno 2029:
    Propuestos para una ciudad desértica (Trojena), en medio de críticas ambientales y por derechos humanos.

  • Explotación de trabajadores migrantes:
    Condiciones laborales peligrosas en la construcción de infraestructuras deportivas, robo sistemático de salarios y violación de derechos laborales —especialmente contra trabajadores del sur de Asia y África.

  • Represión a la disidencia:
    Persecución de críticos y denunciantes de las condiciones del Mundial y violaciones de derechos humanos. No existen libertades de expresión ni de reunión para ciudadanos ni trabajadores.

Ventas de Armas y Complicidad Occidental

Los ataques aéreos en Yemen han sido posibles gracias a la venta continua de armas por parte de países occidentales, principalmente EE.UU. y Reino Unido. A pesar de las pruebas abrumadoras de crímenes de guerra, ambos países siguen vendiendo armas sofisticadas a Arabia Saudita.

Estas armas se usan contra escuelas, hospitales y zonas civiles, haciendo a los gobiernos occidentales cómplices activos de la tragedia humanitaria. Esta connivencia plantea graves cuestiones éticas sobre la responsabilidad internacional y la subordinación de vidas humanas a intereses económicos y geoestratégicos.

El Alto Precio de Ignorar la Agresión Militar Saudí

Ignorar la agresión militar saudí en Yemen tiene un coste devastador en vidas humanas y en la seguridad mundial. Decenas de miles de civiles han muerto, millones han sido desplazados, y enfermedades y hambrunas siguen azotando a la población. Al no condenar estos crímenes, la comunidad internacional permite que se repita este patrón sin consecuencias, sentando un peligroso precedente para futuros conflictos.

¿Por Qué el Boicot Es Necesario?

Boicotear la Copa Mundial de la FIFA 2034 no es solo una protesta simbólica; es una forma real de rechazar la normalización de crímenes de guerra y abusos de derechos humanos. Negarle a Arabia Saudita el prestigio y los beneficios financieros del torneo impediría que blanqueara sus crímenes.

Un boicot enviaría un mensaje claro: los crímenes de guerra y la desestabilización no pueden disfrazarse de entretenimiento deportivo. Frenaría la estrategia de sportswashing saudí y visibilizaría la solidaridad con los civiles yemeníes, los palestinos, los disidentes y los trabajadores migrantes que sufren bajo su régimen.

También obligaría a la FIFA a revisar su proceso de selección de sedes e implementar criterios claros y verificables en materia de derechos humanos para futuros torneos.

Boicot a la Copa Mundial de Arabia Saudita 2034: No a los Crímenes de Guerra

Activistas de derechos humanos, aficionados al fútbol y organizaciones civiles están alzando la voz ante la Copa Mundial 2034. Olvidar los crímenes de guerra saudíes en nombre del deporte es traicionar los ideales de justicia, igualdad y dignidad humana.

Es hora de actuar: movilizarse para trasladar el torneo, instar a equipos nacionales y jugadores a no participar, y exigir a patrocinadores y medios que se retiren. Informar a los aficionados sobre los abusos saudíes es esencial, al igual que apoyar a los medios y voces independientes que aún exponen la verdad.

Boicotear no es solo una cuestión futbolística. Es una declaración ética global contra la normalización de la opresión y los crímenes de guerra.